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𓆉𓆝 °𓆞 𓆝 𓆟𓇼EMILY 𓆉𓆝 𓆟 𓆞 𓆟𓇼


Desde las sombras observo cómo Dom avanza con el sigilo de un felino, sus pasos lentos y calculados resonaban en mi mente como el eco de la muerte acercándose, no venía por mí, sino por el chico que me observaba con la mirada desconcertada, me sentía miserable, paralizada por el miedo comprendí que no había escapatoria, era su vida o la mía.

-Lo siento mucho -susurré, las palabras apenas escapaban de mis labios cuando lo vi caer inerte.

-¿¡LE PEGASTE EN LA CABEZA!? -Le grité a Dominic quien ya levantaba el bate para asestar otro golpe- ¡Dios, qué haces! - Me interpuse entre Dom y el joven tendido en el suelo. - No puedes simplemente... no puedes matarlo Dominic, desatarás el infierno con la policía, solo llévalo con tu padre, ese era el trato. - Dominic me lanzó un fajo de billetes al rostro con desdén

-Vete -dijo y su mirada había perdido todo rastro de humanidad, dejando furia e indiferencia, nunca había entendido el apodo de Dominic hasta hoy, no era la primera vez que mi hermano asesinaba por venganza, ni la primera vez que estaba dispuesto a golpear hasta causar la muerte, sentí repulsión hacia el que alguna vez fue mi protector, este no era Dominic, era el Verdugo.

-No lo mates Dom -imploré arrodillándome para proteger al chico que se desangraba a mis pies.

-Vete de aquí o también tendré que matarte -amenazó sujetándome el rostro con una fuerza desmedida, sus palabras eran un golpe contundente a mi razonamiento, nunca había temido por mi vida en manos de Dominic, hasta hoy. Sabía que lo haría.

-Teníamos un trato -dije, intentando usar su palabra para protegerme, aunque en ese punto sabía que no valía nada.

-Eso era antes, antes de que me traicionaras y lo dejaras escapar, ahora, toma el dinero y desaparece -me levantó del suelo de un tirón brusco y me empujó hacia un lado dejando al chico totalmente desprotegido.

-Dominic, por favor, no lo hagas -rogaba, tratando de acercarme para evitar que siguiera lastimándolo.

-¡LÁRGATE! -exclamó con fuerza, logrando que diera un respingo en mi lugar, su voz retumbó en el puerto vacío y el sonido de una sirena en la distancia nos puso en alerta. -¿Qué hiciste? -preguntó en mi dirección con la voz teñida de sospecha.

-Nada, te lo juro -respondí.

-¿Le avisaste?

-No le dije nada carajo.

-No te creo -dijo, tomándome por el pelo para arrastrarme hacia un contenedor como si fuera un saco de huesos. -¡PERICO, TRAE A ESE INFELIZ AQUÍ! -gritó llamando a su secuaz.

Luché por liberarme de su agarre, pero era inútil. Aún no podía asimilar que el hombre que me causaba dolor era mi propio hermano, me empujó dentro del contenedor y, antes de que pudiera cerrar la puerta se escuchó el primer disparo, ambos giramos y vi cómo Dominic desenfundaba su arma con una agilidad escalofriante.

- Guardaré una bala para ti. -Dijo, acariciándome el rostro con el cañón frío de su arma para después salir cerrando el contenedor tras él.

-¡Dominic, no me dejes aquí! ¡DOM! - Los disparos resonaron en unísono casi de inmediato, me acurruqué en el suelo en un intento de protegerme.
La puerta se abrió de nuevo, lanzaron al interior a quien parecía ser Derek.
-¿Derek? -palpé su rostro buscando algún signo de vida, el líquido que empapaba mis manos confirmó mis temores- No te mueras Derek, te estás desangrando... esto es culpa mía, lo siento tanto. - La luz de su celular iluminaba el bolsillo de su pantalón, el nombre "Mamá" apareció en la pantalla, dudé un segundo antes de contestar.

SAAVANA DAALÉ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora