𓆉𓆝 °𓆞 𓆝 𓆟𓇼EMILY 𓆉𓆝 𓆟 𓆞 𓆝 𓆟𓇼
Exhausta y con un dolor palpitante que se niega a abandonar mi cabeza me esfuerzo en limpiar el departamento acompañada por la luz tenue de mi teléfono cuya batería agoniza.
Me muevo en automático, en este punto ni si quiera ordeno por comodidad, lo hago porque es la única forma de evitar que me sienta aún más miserable y me ponga a llorar.Maldigo una y otra vez mientras paseo la desgastada escoba por la sala, a pesar de mis tres trabajos el dinero nunca es suficiente para cubrir las cuentas infinitas que se amontonan en la mesa como una cruel burla a mi esfuerzo sobrehumano, a pesar de mi agotamiento mental busco alternativas pero ¿qué más puedo hacer?, otro trabajo no es una opción, con las horas extras tengo más que suficiente, llegué al punto desesperado de tomar las horas extras de mis compañeros y darles cierto porcentaje de las ganancias. La idea de seguir los pasos de Lyn hacia la prostitución me acecha como una sombra siniestra, sin duda es una salida fácil pero me niego rotundamente a empeorar mi mísera existencia con una vida así.
La claridad se escapa de mis pensamientos y mi mente se nubla debido al ayuno forzado desde la noche anterior, lo cuál es irónico considerando que trabajo en una cafetería, cafetería donde los abundantes restos de comida son desechados y está rotundamente prohibido consumirlos, esos miserables no conocen la palabra "bondad".
Mis pensamientos dispersos hacen que me enoje aún más, vuelvo a tientas a la nevera y reviso por enésima vez si es que no veo la comida en los estantes debido a la oscuridad, ignorando por completo que en la mañana dije que debía comprar algo porque estaba vacía.
Estoy cayendo en la desesperación y empiezo un debate interno de cuánto necesito esos libros para el instituto, ¿realmente valen la pena?, mis pensamientos son interrumpidos abruptamentente cuando el teléfono vibra entre mis dedos provocando que de un salto.
Observo el número en la pantalla y sólo con los tres dígitos finales logro adivinar quién es.
-¿Qué?
-Hola hermanita, estoy bien también, gracias por preguntar.
-Qué quieres Dominic.
-Dom carajo, es Dom. D-O-M.
-Te voy a colgar.
-No me cuelgues, es importante, ¿hablaste con el chico? - casi puedo palpar la emoción que se filtra en su voz.
- Sí, ¿qué con eso? - respondo sin prestarle mayor interés.
- ¿Sabes de quién es hijo? - insiste emocionado, como si estuviera a punto de lanzarme un dato increíble.
- ¿Por qué debería saberlo? - mi paciencia se agota con cada palabra que dice, cómo es que a pesar de ser mayor que yo llega a ser tan irritante.
- Es hijo de la mujer que metió preso a el santo- me informa extasiado, entonces todo me cuadra y no puedo evitar reclamarle.
- ¿Por eso querían que me acercara a él? ¿me usaron? - mi voz suena más dura de lo que pretendía.
- No te usamos, no todavía, tú necesitas el dinero y yo necesito al chico, es un intercambio justo - argumenta convencido de que lo que me acaba de ofrecer es una ganga*.
- ¿Cómo sabes que necesito el dinero? - le pregunto con curiosidad, no recuerdo haberle dicho nada.
- Viniste al club ayer - su respuesta es consisa, era obvio que sabría.
-No formaré parte de lo que sea que estés haciendo, no me interesa, no me incluyas, estás sólo. - le informo con firmeza, cualquier cosa que involucre a Dominic nunca es legal.
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SAAVANA DAALÉ
Science FictionDicen que los secretos no pueden ser enterrados en la arena porque tarde o temprano las aguas rebeldes y saladas de Saavana Daalé los saca a la superficie.