11

118 21 1
                                    

Jimin

La visita improvista de Jungkook a mi casa, realmente me había hecho el día. Me sentí completamente feliz, importante y un poco valorado.

Taehyung llego a casa al mismo tiempo en el que Jungkook se marchó, luego de invitarme a salir el día de mañana.

Necesito a mi mejor amigo, sus consejos y regaños, los cuales estoy más que dispuesto a tomar en cuenta, aunque me moleste.

Dejo que se relaje, el que no me dirija la palabra ni para saludarme, solo me indica que esta molesto, pero no tanto para no tomar mi mano y llevarme hacia dentro de nuestra casa.

Escucho sus pasos alejarse luego que ha soltado mi mano, sé que estoy en la sala, los puntos que me guían.

Sonrío para mí mismo, siento mis mejillas arder al recordar la invitación que Jungkook me ha hecho.

—¿A qué se debe el sonrojo en tus lindos mofletes? —escucho la voz de Taehyung de nuevo. —Ven acá —coloca una de sus manos sobre mi hombro, y me guía. —Traje algo para ti —dice, mientras me ayuda a tomar asiento en el sillón.

—¿Qué es? —cuestiono con curiosidad.

—Adivina —me pide Tae.

Escucho el sonido de una bolsa y luego lo que parece una caja abrirse.

—¿Es comida?

Hace un sonido de respuesta afirmativa e inmediatamente sonrío.

—¿Chatarra o postre? —inquiero, mientras golpeo suavemente mi muslo con mis dedos.

—Postre —contesta. —Tu favorito —agrega—. Antes que respondas, promete que me dirás por qué de tu sonrojo y por qué el tipo ese estaba afuera de la casa.

Asiento como un niño pequeño que obedece para luego obtener su premio.

—Tartaleta —digo feliz e impaciente.

—Toda tuya.

Tae toma mi mano izquierda y deja el recipiente con el pedazo de Tartaleta.

—Gracias, Taehyungnie —digo en voz dulce y pequeña.

—Ten el tenedor.

Extiendo mi mano derecha, y lo cojo.

—Soy todo oídos —me recuerda la promesa que le he hecho momentos atrás.

Mientras ambos comemos de la deliciosa y exquisita tartaleta, le comento a Taehyung que intente hacer yoga solo escuchando las indicaciones que la entrenadora daba en la televisión.

Risas y más risas inundan la sala, y es que cuando llego a la parte en la que me golpeé unas cuantas veces, y que no tenía la más mínima idea, de que estaba haciendo lo correcto.

Llegó la parte en la que involucraba a Jungkook, fui cauteloso para que Tae no mal interpretará las cosas, y luego intentará armar problemas con el chico que me había invitado a salir aun teniendo claro mi discapacidad visual.

—¿Y tú respuesta fue? —pregunta luego de permanecer unos segundos en silencio.

—Dije que sí —acoto feliz.

—Eso es bueno.

Su voz no suena complacida, pero me siento conforme con su respuesta.

—Estoy feliz, Tae —tiento el sillón con mis palmas, y me detengo hasta tocar la rodilla de mi amigo. —Y nervioso, muy nervioso —agrego, presionando su muslo.

—Es solo una salida, Jimin —dice sin importancia.

—No, es una cita —replico corrigiéndolo. —Olvide decirte, pero él está cortejándome —le confieso.

Through my eyesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora