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Al día siguiente, Jimin se levanta a la misma hora, con la diferencia de que la casa esta en total silencio, y eso solo le confirma que Taehyung no había regresado a casa, haciéndolo sentir completamente triste y desilusionado.

Sale de su habitación siendo guiado por las líneas de la pared y los bordes sobre el suelo, llega a la sala y toma asiento dejando caer su bolso al suelo.

Se deja caer en el cómodo sillón, mientras pasan los minutos.

Lo que para él ha parecido unos simples minutos, en realidad han sido dos horas de retraso en su trabajo.

El timbre suena repetidas veces haciendo que Jimin se ponga de pie, y camine hasta la puerta para luego palpar la pared hasta llegar al botón del intercomunicador.

Lo presiona, aclara su voz y habla.

—Sí —se escucha su voz desafinada.

—Soy Jungkook, abre.

El menor asiente.
Da unos cuantos pasos hacia la derecha, extiende su mano y calculando se encuentra con el pomo de la puerta, gira el pequeño seguro, y luego abre.

—¿Por qué no estás en la fundación? —pregunta el pelinegro, luego de haber abierto la puerta.

—Te preguntó lo mismo.

Jeon toma la mano de Jimin, y entran a casa.

—Bueno, Taehyung salió de fiesta y no regresó —miente Park.

—Estas mintiéndome.

Jungkook lo mira mientras que Jimin agita su cabeza de un lado a otro, para luego tratar grueso.

—¿Qué es lo que realmente sucedió cuando me marche? —indaga el azabache.

—Discutimos —susurra el pelinegro.

—No debí marcharme —masculla con desagrado, Jeon.

—Está bien, sólo es una pelea más entre ambos.

Jimin intenta que su novio no lo mal intérprete.

Jungkook suelta la mano de Park, y camina hasta donde el bolso de su chico se encuentra, lo levanta y lo coloca traslapado sobre su hombro y su tórax.

—¿Es lo único que sucedió? —pregunta el mayor, regresando a tomar la mano de Jimin.

—Sí —se limita a responder el pelinegro.

—Bien, ahora te llevaré a la fundación.

Ambos salen de la casa.

El azabache se asegura de cerrar bien la puerta, ayuda abrirle la puerta del acompañante a Jimin para que entre, y luego la cierra, para así poder llevar a su novio a su trabajo.

—Te dejaré aquí —le hace saber Jungkook, colocándole el bolso sobre el hombro izquierdo del pelinegro.

—Mi bastón —dice rebuscando entre su bolso.

—Déjame buscarlo.

Jimin, asiente.

Cuando Jeon lo encuentra, lo deja en la mano derecha de Park.

—Volveré por la tarde.

—Jungkook —suelta con tono demandante el menor.

—Tengo clases, bonito —le informa el azabache.

—Lo siento, creí que...

—No escapare, no ahora que te tengo a ti —el mayor, toma el rostro de Jimin entre sus manos.

Through my eyesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora