Los hijos del mago y el vampiro

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— Juraría que escuché un grito. —dijo Esme— 

— Les puedo asegurar que Jasper está en buenas manos con Percy. —habló dulcemente Harry— Oh, de hecho ahí viene.

Jasper venía caminando muy rojo y Carlisle juró ver unas cuantas mordidas en el cuello de su hijo. 

— ¿Todo bien, Jasper? —preguntó sonriente Fred— ¿Percy te cuidó bien?

— C-claro.. —dijo sonrojado—

Harry sonrió en grande y Bella llegó riendo con George.

— Harry, Percy y Jasper tuvieron sexo. —le susurró Bella al oído al azabache, que sonrió encantado— Probablemente tendrán hijos. 

— Me alegra que tú y Percival se hayan divertido, Jasper. —dijo Harry, acariciando el cabello del vampiro rubio— Enviaré la cena para Percy más tarde. 

Mientras todos cenaban animales asados y bebían vino o sangre, Edward le llevó la cena a Percy, quien estaba en una bata de seda recostado viendo las llamas tranquilizantes de las fogatas que cuidaban su calor. 

Percival sobaba su abultado vientre, que estaba pintado con varias runas de felicidad, vida e incluso de protección. A su lado, Molly Weasley, la madre de Percy, preparaba una poción especial para el chico. 

— ¿Está todo listo para la poción? ¿Falta algo? —preguntó Edward, sonriendo a la próxima pareja de su hermano— 

— Que Jasper y toda la familia estén aquí. —comentó Molly, también vestida con talismanes y runas— Pero mi Percy lo quiere hacer solo, así que no. Gracias Edward.

— No hay de qué, señora. —dijo dejando cerca la comida, sintiendo el potente olor del incienso— 

— ¿Le puedes decir a las mujeres de tu familia que vengan? —dijo Ginny, entrando con ropa para un baile ceremonial— Ocupamos toda la energía femenina que se pueda.

— ¿También traigo a Bella?

— No. Bella ya está embarazada, su energía especial podría cambiar el baile y no queremos eso. —negó seriamente una mujer rubia, entrando con cuidado por una puerta— Soy Narcissa Malfoy, amiga de Molly.

— Entiendo, no tardaré. 

Ginny se preparaba para el baile, mientras Percival comenzaba a dar un cántico especial. Tanto el baile, como las oraciones y los talismanes eran para asegurar a Percy un embarazo sano, de gemelos de ser posible.

Edward se llevó a Esme, Alice y Rosalie de la cena, para poder traerlas directamente a la habitación de Percy, donde millones de talismanes colgaban del techo. Narcissa les dió a todas vestimentas ceremoniales.

— Sólo sigan los movimientos de Ginny. —aclaró con una suave sonrisa—

Percival cantaba suavemente, acariciando su vientre en una estimulación amorosa. Tenía a los bebés dentro, pero necesitaba fuerza. Molly tocaba un tambor, dando el ritmo con facilidad y rapidez. 

Todas comenzaron a bailar, dando vueltas y leves saltos, haciendo sonar las joyas que tenían en las muñecas, tobillos y cinturas. Percy dejaba caer lágrimas de placer y gozo, las emociones positivas, aunque algo confundida de las mujeres, le estaban dando fuerza y sentía a sus hijos creciendo dentro suyo.

Edward observaba maravillado el baile, sintiendo la energía y el amor que fluía en la habitación. Las mujeres se movían con gracia y armonía, siguiendo los pasos de Ginny con precisión. La habitación estaba llena de luz y calor, como si estuvieran rodeadas de una energía ancestral y protectora.

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