Desde antier, un gato se había vuelto la reencarnación del rencor.
Cada vez que los pies del muchacho pasaban por la cama, unas garritas lo tocaban, eran manotazos planificados.—¡Chifuyu! Ya deja de hacer eso— harto de los ataques de los últimos días, y que ahora el gatito le diera la espalda cada vez que le hablaba, se agachó para tomarlo y sacarlo de su escondite—Ya estuvo suave, ¿Por qué me andas aruñando cada vez que me ves?— lo sujetó con una sola mano, poniéndolo a la altura de su rostro.
—¡Porque me quieres abandonar! ¡Baji malito!— en realidad, lo quiso maldecir. Por mucho que quiso autoengañarse, las actitudes de Baji lo delataban, y con el tiempo, perdió la fé.
—¿Ah? ¿De dónde sacas eso?— tuvo que sujetarlo con ambas manos porque Chifuyu empezó a retorcerse para saltar desde ahí.—Yo no pienso abandonarte.
—¡Sí lo piensas!— Emma se involucró, poniendo la patita en el pie de Keisuke.—Ya lo sabemos todo, tenías que ser hombre. Nos vas a dejar otra vez en la calle.
—Pero Emma, ¿Tú también?— alzó una ceja.— No sé quién les metió esa idea, yo no pienso dejarlos en la calle otra vez.
—¡¿Ah no?!— intervino ahora Mikey.— ¿Y por qué Takashi nos dijo que pensabas regalarnos?
—Así que fuiste tú quien inventó las cosas, Takashi— lo buscó con la mirada, regañándolo.— Escuchen, yo no los dejaré en la calle. En realidad yo...
—Si no nos ibas a querer, ¿Para qué nos recogiste?— Hina comentó con dolor, cabizbaja.—Eres malo Baji, malo para nosotros, pero no para los otros gatos.
—No pequeña, déjame explicarte. Explicarles a todos— sacudió la cabeza, bajando a Chifuyu quién corrió rápido hasta Kazutora.
Tenía que resolver esto con sus gatitos, aclarar las cosas antes de continuar en un espacio reducido con indiferencias, dudas y desconfianza total.
—Verán...ustedes saben que los quiero mucho. Me han dado las mejores semanas de mi vida, jamás imaginé tener tantos gatos a la vez— se sinceró, ablandando su corazón.— Quiero a cada uno de ustedes, son únicos, los gatitos más tiernos que haya conocido— se sentó en el suelo, siendo rodeado por los mininos, que aún se mostraban reacios a su confesión.—Pero tristemente, no puedo quedarme con todos ustedes.
—¿Por qué no?— Chifuyu quería comprender las razones detrás de esa rotunda afirmación.—Nosotros somos buenos, ya no nos peleamos tanto y ya usamos bien el arenero— dijo los puntos clave de toda su familia, tratando de cambiar la decisión de Baji.
—Sí, tampoco nos trepamos ya a las cortinas, mira, ya no están rasgadas. Y Emma ya aprendió a saltar solita, ¿Verdad que sí Emma?— Hina le puso la patita encima a su amiga.
—Sí, ya puedo hacer acrobacias encima del ropero— dijo, queriendo alegrarse por sus logros.
—Te felicito Emma, eres una gatita muy lista y ágil — le rascó el cuello, haciéndola regocijarse con su caricia— Pero a lo que voy es, que mi hogar es muy pequeño para ustedes y no podré sostenerlos a futuro como realmente se merecen. Todavía soy un estudiante, ustedes merecen toda la responsabilidad de un dueño responsable y todo su amor, y aunque yo ya los quiero demasiado, sé que no podré darles una vida digna en conjunto...es por eso que estoy buscando a personas para darlos en adopción.
—¿Ya no quieres ser nuestro amigo?—Takashi finalmente habló, echándose a llorar. Había aparentado ser fuerte, pero ya no pudo, se derrumbó pensando lo peor.
Incluso si Baji hablaba calmado, transmitiendo su amor en cada palabra, los gatitos parecían sordos, necios a aceptar el hecho de que los iban a dar en adopción. Ellos habían soñado con una vida entera al lado del chico, no les parecía justo que ahora destrozaran sus ilusiones y esperanzas a futuro.

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Los gatitos de Baji
FanfictionBaji es un chico que recoge a cualquier animalito que vea en problemas, aun si su mamá lo regaña por esto. Un día cualquiera, encuentra una caja con gatitos. Su nueva misión es encontrarles un buen hogar.