16. Hanna Parker

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Josh Parker, ese era mi nombre cuando aún no comenzaba con mi transición.

Era un nombre muy lindo y la verdad que me encantaba, imaginaba que mis hijos algún día tendrían el mismo nombre que yo. Solo que hubo unos pequeños detalles.

Desde que había tomado la valiente decisión de comenzar mi transición, había sido un viaje lleno de altibajos. Pero en la mañana en que me miré por primera vez en el espejo y mirar mis sutiles cambios en mi cuerpo, una sonrisa se formó en mis labios. Por primera vez en mi vida me sentía completa.

Sabia que desde niño era muy diferente al resto. No me gustaban los carros, ni las motos, ni nada que tenía que ver con "cosas de niño". Lo único que me gustaba eran las cosas de niña, las uñas pintadas, las barbies, las diademas, ha, y los hombres.

Siempre me gustaron los hombres altos, morenos, con pelo rizado y un poco musculosos.

La primera vez que me maquille lo hice con las manos temblorosas, comencé a maquillarme, transformando cuidadosamente mi rostro en el reflejo de mi verdadero yo. Cada trazo de delineador y cada brochazo de labial eran un acto de resistencia contra el mundo que intentaba negar mi existencia. Porque para mi, el maquillaje no era solo una forma de embellecerme, si no una armadura que me protegía de las miradas críticas.

Mi familia está conformada por mi papá, mis mascotas y yo.

Mi madre nos abandonó cuando yo tenia 8 años. La razón por la que hizo eso fue porque yo no me consideraba niño. Aún recuerdo sus últimas palabras antes de salir de casa: "jamás aceptaré que mi hijo se cambie de género, antes muerta que apoyarte", esas palabras duraron en mi mente durante mucho tiempo.

A esa edad no quería cambiarme de género, aunque sabía que en algún futuro lo haría.

Aún recuerdo los días que mi madre no quería dejarme salir de casa, se avergonzaba que miraran a su hijo con cosas de niña.

Creo que lo mejor que pudo pasar fue que se fuera de casa, me dejo bastante daño psicológico cuando se fue. Tuve que ir un mes seguido a un psicólogo para que mis traumas se fueran.

No quería comer, no me quería bañar e incluso no me quería vestir como realmente me sentía yo, con cosas de niña.

En mi habitación, al final del día, me encontraba enfrentando a mis propios demonios. La voz en mi cabeza que me dice que nunca seré suficiente, que nunca seré digna de amor o aceptación. Lloraba en silencio, deseando poder escapar de todo el dolor y la soledad que me rodea.

No he tenido contacto con ella desde el día que se fue, nose si aún siga viva o esté muerta. Los padres de mi madre siempre le sembraban malos pensamientos en la cabeza para que no me apoyara, son muy homofobicos y estupidos. Ellos creían que ser un homosexual es un súper pecado y vas al infierno si lo eres.

También decían que los homosexuales nunca debieron de existir y que sólo vinieron a dañar el mundo.

Mi padre siempre me ha apoyado, igual mis abuelos, a ellos no les importa que es lo que me considero, mi abuelo siempre dice que lo importante es el corazón y no tus gustos.

Algo que creo que si tiene razón.

Mis abuelos y mi padre jamás se han avergonzado de mi, siempre me han apoyado, en todas las decisiones que tomé sobre mi transición. A ellos solo les importa que yo sea feliz.

Mudarte hacia otra ciudad es muy complicado y mas cuando eres una chica trans, no todos te quieren hablar y es muy complicado hacer amigos.

En mi anterior ciudad vivía muy feliz, no había homofobia, era algo muy lindo.

Mi colegio era para personas de la comunidad LGBTQ+, era increíble, ya que no había homofobia, ni comentarios estupidos como en mi actual escuela, lo que mas me gustaba de mi anterior colegio era que conocías a otras personas iguales que tu y eso de verdad es muy bueno, fácilmente hice amigos y eso que no soy muy sociable.

Tenía 3 amigos, un chico, el cuál es gay, dos chicas, lesbianas, eran pareja y a veces estar con ellas era algo raro.

Siempre estuvieron para mi y siempre me apoyaron en todo.

Hasta el dia que me mude de ciudad.

Desde hace tiempo no he tenido contacto con ninguno de ellos, les envío mensaje y nadie me contesta, les llamo y es igual, nose si me bloquearon o si no quieren responder mis mensajes, pero eso me entristece.

Aunque estoy conociendo nuevos amigos y me divierto bastante con ellos.

Alex es uno de ellos, desde el momento que me defendió en la preparatoria, lo vi y me pareció un chico súper lindo, tiene una personalidad increíble. Esto sonará raro pero me imagino el y yo teniendo una noche de pasión.

En toda mi vida no he tenido ni un solo novio. Nose que es tener una relación seria, claro que me gustaría, pero a ningún chico les gusta tener nada serio con chicas trans.

Solo les gusta follar, nose si sean fetiches o si les guste follar con hombres con pene pero con apariencia de chica.

En total he estado con 6 hombres.

Tenia una app de citas gay para follar. Es de ahí donde sacaba los hombres para acostarme con ellos. Lo peor de todo es que los investigue y algunos estaban casados con hijos, otros con novia. Me arrepentí demasiado por los hijos y las parejas, me dio mucha pena que decidí ya no volverlo hacer.

Mi sueño es ser psicóloga, me encanta la idea de poder ayudar a otras personas a terminar con sus traumas y problemas. Se que tener problemas psicológicos no es nada bonito y se lo que se siente, es por eso que me encanta la idea de estudiar esta carrera.

También me encantaría viajar algunas partes del mundo, por ejemplo a Italia, se ve que es un lugar súper lindo y ni hablemos de los hombres, están guapísimos.

Se que en algún momento seré querida por un chico que me amara tal y como soy, aun con mis mil defectos, demostrará que el amor no se trata solo del físico si no de tu personalidad.

También en algún momento seré aceptada por la sociedad homofobica, solo es cuestión de tiempo. Se que mi madre algún día volverá, estoy segura que querrá ver mis cambios y ha ver que tanto he crecido, y si no es así, lo tomaré de buena forma.

El error mejor cometido Donde viven las historias. Descúbrelo ahora