4. La pijamada

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𝐁𝐫𝐨𝐰𝐧 𝐍

~Hola Alex.

En ese momento pegué varios brincos de felicidad, me sentía tan feliz de recibir un mensaje de Nate.

𝐀𝐥𝐞𝐱 𝐀

~Hola Nate :) ~ le respondí.

Tardo en responder 𝟒𝟎 𝐦𝐢𝐧𝐮𝐭𝐨𝐬. Si, estaba contando el tiempo.

𝐁𝐫𝐨𝐰𝐧 𝐍

~¿Como estás? ~ preguntó.

𝐀𝐥𝐞𝐱 𝐀

~Muy bien, ¿y tú?.

Nate Brown me pregunto como estoy, no lo puedo creer.

𝐁𝐫𝐨𝐰𝐧 𝐍

~Que bueno me alegro, yo estoy bien, gracias.

~Oye, te quería preguntar, ¿cuando vamos a empezar las tutorías?. Ya que ando mal en eso de las clases.

𝐀𝐥𝐞𝐱 𝐀

~Cuando tú estés listo, yo me desocupo después que salgo de la preparatoria. Luego serás bueno en eso de las clases ~ mande un emoji de carita feliz.

𝐁𝐫𝐨𝐰𝐧 𝐍

~Super bien.

~¿Podemos empezar el fin de semana?.

El fin de semana es en 2 días, esperaré con ansias el sábado.

𝐀𝐥𝐞𝐱 𝐀

~Por supuesto, ¿puedes a las 𝟒:𝟎𝟎 𝐩. 𝐦?.

𝐁𝐫𝐨𝐰𝐧 𝐍

~Sip, esta bien.

Ningún hombre heterosexual escribe "sip" . Bueno, que yo sepa.

Esa palabra la escriben las personas enamoradas. ¿Está enamorado de mi?, no puede ser.

Alex, te estás volviendo loco por este chico— pensé.

𝐀𝐥𝐞𝐱 𝐀

~Nos vemos luego, adiós ~ respondí

Tampoco quería verme que me volví un obsesionado con el. Por eso mandaba mensajes normales.

𝐁𝐫𝐨𝐰𝐧 𝐍

~Cuídate Alex, nos vemos mañana, y gracias.

𝐀𝐥𝐞𝐱 𝐀

~igual Nate, no hay de que ~ respondí.

Terminando esta conversación, me fui a dormir ya que ya era noche y mañana tenia que ir a la preparatoria.

...

Estaba comenzando a sonar mi alarma, estiré un brazo para apagarla.

Me levante rápidamente y no me di cuenta que mi gatita Duquesa estaba durmiendo conmigo y la aplasté con las cobijas.

—Lo siento, lo siento, lo siento — le dije mientras la abrazaba y le daba besos.

Me metí a bañar, mientras escuchaba música de 𝒯𝒶𝓎𝓁𝑜𝓇 𝒮𝓌𝒾𝒻𝓉 y de ℒ𝒶𝓃𝒶 𝒹𝑒𝓁 ℛ𝑒𝓎.

Ya estaba listo y me dirigí al cuarto de mi hermana a ver que hacía, entre y aún seguía dormida.

—Bitch, ya levántate, el desayuno esta listo — dije mientras la movía.

La verdad aun no lo estaba, pero le mentí.

—Te puedes callar por favor, ya voy.

—Salte, que me voy a cambiar — dijo mientras se sentaba.

El error mejor cometido Donde viven las historias. Descúbrelo ahora