EL OTRO MUNDO 🌌 ©

EL MUNDO REAL

Desde pequeña me ha encantado sumergirme en el mundo de los libros, con ellos encuentro el escape perfecto de mi vacía y desgraciada realidad, por años e sufrido muchas críticas y burlas por mi aspecto físico y cabello, no soy normal como en mi ciudad suelen decir, mi piel es demasiado pálida mis venas pueden verse en ella, mi cuerpo pequeño y delgado, podría contar  que si alguien me empuja creerá que me rompería en dos, mis ojos son demasiado extraños y diferentes uno es gris o azul cielo, no sabría describirlo exactamente del color que es, pero el otro es de un total café claro, muy extraño, como un gato, las personas que me ven suelen creer que son "los ojos del mal o del diablo" temen verme porque no son bonitos como para fijar los suyos en ellos, incluso ha llegado a mis oídos el rumor de que no los ven porque los voy a matar o a hechizar, ¡puff! patrañas, como si eso se pudiera hacer.. ¿O si se puede?.

Pero la peor desgracia de todas es mi cabello, esa abundante bola de pelos, ondulada y con un mechón rubio platinado que por años e intentado esconder y por más que lo pinto, no agarra ningún maldito tono porque me generan alguna reacción alérgica, es la principal causa de burlas a mi persona.. "tu debes ser bruja" "tu eres hija del diablo" "tu eres la chica más fea y extraña que e visto". Malditas mil veces malditas.

Mi corta vida no ha sido fácil, ni siquiera tengo padres, vivo con una señora malhumorada que me trata como una criada su nombre es Acela, trabaja en una librería y yo suelo ir casi todos los días por la tarde, para también ayudarle con su trabajo y así me de alimentos, porque si no trabajo no gozo de ellos, muy explotador de su parte, aunque por otro, debo agradecerle por no dejarme más abandonada de lo que estaba, por un techo y comodidades.
A la librería voy, porque me encanta tomar algunos libros prestados, de los que están abiertos al público para leer, amo explorar otro mundo que no sea el mío, lo romántico, la acción, la aventura lo irreal son de los que mas disfruto leer.
Odio ir a la universidad o colegio, ni siquiera llevo dos semanas en ella después de las vacaciones y ya casi medio instituto nuevamente me ve como un bicho raro.
Tengo a mi alma gemela "mejor amigo" al que suelen llamar el "novio de la bruja" pero lo que no saben es que Neivan es más amiga que novio, aunque se comporta como uno, pero su secreto siempre estará a salvo conmigo.

Oh! ¿Miren quien llegó? - la voz irritable de Kaira, llegó a mis oídos, no estaba ni en la mitad del salón y esta bruja insoportable ya estaba fastidiando mi mañana.
Es nada más y nada menos que la pequeña ¡bruja Verena! - si ese extraño nombre era el mío, no sé qué pasó por la cabeza de Acela cuando lo pensó para mi, esa era una más de mis desgracias agregadas a la lista, los pocos alumnos que estaban en el salón comenzaron a reírse por su comentario tan estúpido, sarcástico y sin sentido, ¿en serio? ¿eso les divertía, joderle la vida a los demás?. Yo solo rodé los ojos la fulmine hasta desbaratarla en mi cabeza, ella dejo de reírse.

Cuidado Kaira, tal vez lance uno de mis hechizos y no vuelvas a la universidad - reí un poco y ella solo hizo una mueca de molestia, mientras los demás alumnos abucheaban el perfecto momento, como si quisieran un pleito justo, ya.

Ya sabemos que eres una bruja asquerosa y sucia Verena, tal vez un día debamos quemarte - por un momento mis ojos se abrieron por completo, ¿como podía decir eso? Hubo un silencio en el salón, mire a todos y ellos solo esperaban una respuesta de mi parte, pero después de pasar saliva, al fin pude responder algo.

No soy una bruja Kaira, pero tu si, ¿disfrutas dañar a los demás con tus comentarios estúpidos? O ¿solo buscas atención por que tus padres no te la dan? - sonreí sin despegar mis labios, la chica solo abrió su estupida boca por la impresión y el ridículo que le hice pasar, disfrute tanto su reacción, odiaba transformarme en ese monstruo odioso con las personas, pero la antipática, pelirroja y "perfecta" según los chicos, comenzaba a hartarme, no entendía por qué nadie le ponía un alto en la escuela ni el director.