EL VERDADERO REY

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—¿Como está Lauren?— cuestione preocupada. — por favor dime algo.

— El príncipe.. está muy golpeando majestad, el rey también — respiro profundo y continuo —el príncipe se defendió ante los golpes, pero el no se atreve a dañar su hermano.. — expreso triste. Mi corazón se rompió al oírla hablar así, ¿tan cruel es Baalsa con su hermano?.

— Llévame, quiero verle.. — mis manos comenzaron a jugar de desesperación.

—Mi reina, podría ser peligroso— susurro bajo mientras miraba ambos lados del pasillo real.

— Prometiste llevarme Lauren.. no me hagas esto — supliqué con tristeza.— por favor quiero ayudarte a curarlo — las manos de Lauren comenzaron a temblar al igual que la charola con los utensilios, sueros y medicamentos, para la curación de Cyrus.

— Está bien, solo sígame con cuidado — miró de nuevo a todos lados y comenzó a caminar.

Seguí detrás de ella aún por el pasillo, la joven doncella giro a su izquierda y solamente quedaba una de las puertas frente a nosotros. La peli negra abrió muy despacio y entró de la misma manera. También ingresé y cerré la puerta, lo primero que mis ojos observaron fueron al pálido chico dándonos la espalda, la cual tiene moretones y pequeñas heridas de garras.

—No quiero verte Lauren, ni a ti !!ni a nadie!!— gruño en quejido de dolor y molestia.

—No soy Lauren.. soy el bicho irritante que tanto le estresa príncipe Cyrus — susurré con tristeza. El chico giro como pudo, pero el dolor y la rabia se apoderaron de mi cuando vi su rostro amoratado, heridas visibles y con rastros de sangre. Me acerque rápido a él y me senté a su lado.

— Vete por favor.. — miró a su izquierda evitando verme o que yo lo hiciera. Negué y tome su mano.

— No Cyrus.. no me pidas que me vaya, porque no lo haré — yo misma podía escuchar la tristeza en mi voz.

—No quiero que me veas así bicho — susurro adolorido.

—Voy a curarte..— sonreí un poco y el me miro de nuevo, avergonzado y triste. Le dije a Lauren que se acercara y lo hizo dejando las cosas en el buró cerca de la cama. Ella le dio con cuidado los sueros, Cyrus los bebió y asintió agradecido, Lauren me dijo que niño es para el dolor interno y el otro es un suero regenerador. Comencé a limpiar las heridas con delicadeza usando el agua, la cual al contacto con las heridas expulsaba un extraño burbujeo blanco, el chico jadeaba un poco y apuñaba los ojos tal vez por el dolor o ardor. Quite todo el exceso y tome unos algodones para y trapos muy blancos de manta, tome el líquido verde que arde horrible, pude ver el terror en sus ojos al mojar al algodón, di toques suaves en su rostro y sus ojos estaban en mi, aprendiéndome o tal vez maldiciéndome. No lo sé pero su intensidad no me incomoda. Sonreí cuando termine de colocar el líquido. Ahora llego el peor momento para el, moje los trapos de manta y le pedí de respirara lo más profundo y cerrara los ojos, pero cuando los cerró puse el primero en su brazo. Grito un poco y apretó la sabana de la cama. El segundo lo puse en su pecho y ahogó su grito mordiendo sus labios, su respiración pesa mucho. Sé que está sufriendo, pero muy pronto esas heridas se cerrarán.

— Majestad, si usted me hubiera dicho de sus heridas, estás nos hubieran comenzado a infectarse — expresó Lauren un poco preocupada.

— No creí que esto pasaría, pensé que con el baño estas se cerrarían — murmuro adolorido mientras se acomoda en la cama y pone su espalda en la recarga de de la cama.

— Por suerte, no se infectaron mucho príncipe oscuro— suspire más tranquila, al verlo alzar sus comisuras.

—Tal vez porque tengo las mejores enfermeras — amplió un poco y se volvió a quejar.

EL OTRO MUNDO 🌌 ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora