UN HEROE AL RESCATE

9 2 0
                                    

Por favor Acela, déjame ir con Neivan - junte mis manos en una súplica, la señora blanca de cabello negro y canoso, negó con la cabeza un vez más.
Por hacer siempre te ayudo, siempre hago lo que me pides, Neivan Segrid es mi único amigo y necesitamos estudiar para los próximos exámenes - mentir no era algo que me gustara, pero desde que Acela me prohíbe hacer cosas que todo mayor de edad hacía me enojaba bastante, como ir a fiestas, beber o viajar con amigos, hacer pijamadas, etc.
Me sobre protege mucho y eso ya me tiene cansada..

¡Ay ya niña! - renegó mientras negaba con la cabeza y se tallaba el dorso de la nariz.
¡Esta bien! Ya, lárgate con el niño bonito ese - sonrió harta de mis suplicas.
Juro Verena que nada más por que a tu amigo bonito no le gustan las niñas vas, pero si fuera lo contrario no te dejaba ir con el - yo sonreí y me acerque para darle un beso en la mejilla, ella solo rio y renegó de nuevo.

Gracias eres la mejor Acela - sonreí tierna y ella alzo ambas cejas.

Neivan y tú harían bonita pareja, lastima de chico - yo hice una mueca de desagrado frunciendo hasta el ceño con lo primero que menciono, pero si, él rojito era todo un dios griego, un chico bonito, estaba segura que cualquiera chica en la universidad se podía enamorar de él.

Bueno, es una desgracia para las chicas Acela, pero una bendición para los chicos - sonreí y ella hizo una mueca asintiendo.

Bueno, solo cuídate mucho, ya ve por tus cosas y lárgate de mi vista - rio y tomó la llave del cajón del escritorio que estaba en la librería, se acercó a la caja donde guardaba ese libro especial y yo me quedé observándola, Acela me miró y pestañeo varias veces.
¿Aún sigues aquí? - dejó de mover las manos, la caja quedó sobre la mesa y la llave la guardó en el bolso del pantalón.

¿Que guardas aquí Acela? - mire la caja de manera misteriosa, después la observé a ella, sus ojos estaban entrecerrados y sonrió para después rodar sus ojos color nuez.

Verena, si no te vas en este momento olvídate de tu salida con Neivan - alzo de nuevo ambas cejas y me miró en espera de una respuesta o reacción.

¿Debe de ser un libro muy interesante, me lo prestas? - ella negó con la cabeza y yo bufé.

No! Ya vete niña - con la mano hizo la seña de que me fuera, en verdad quería saber que libro tenía en esa caja, siempre la tenía bajo llave y robarle la llave era una misión imposible.

Bueno, regreso en un rato - hice una mueca y salí de la librería, aún con la esperanza de que la abriera y poder ver ese misterio de libro que guadaña en ella, o ¿si no era un libro y era algo mucho mejor? Tal vez algo antiguo y misterioso "pensé", pero no, jamás la abrió ni apartó la vista de mi hasta que me aleje del lugar y continué caminando hasta la casa.. que estaba a unas dos cuadras del local.

Abrí la puerta de la casa en color madera y entre, Dragón estaba en el sofá acostado y ronroneando como si jamás durmiera, la enorme bola de pelos color negro ni siquiera se miento en abrir los ojos y ver al intruso que se había metido a la casa, solo se estiró y se volvió a acomodar para dormir, solo emparejé un poco la puerta y subí rápido a mi habitación, buscando solo lo necesario, tomé una mochila que ya no uso y a esta metí dos vestidos, ambos ni tan cortos ni muy largos, pero me hacían lucir una figura divida, aunque la verdad es que ni siquiera parece que me he desarrollado y eso me frustra, porque sigo luciendo como una adolescente de 14-15 años.
Metí unos tenis y unos pequeños tacones, mi poco maquillaje y pues ropa interior y toalla no necesitaba, ya que una parte de mis cosas estaban en la habitación de Neivan, cosas de higiene personal, dos perfumes y cremas y lo más importante ropa interior, me dejaba mudarme por si un día Acela me corre.
Ya sí necesitaba algo para dormir, se la robaba a él, sus playeras me quedaban enormes así que siempre eran mis pijamas y él ni se molestaba por que las usara.
Cerré la mochila y baje de nuevo las escaleras, era viernes por la tarde, las clases fueron tranquilas ya que Kaira no asistió a la universidad y sus perras no hacían nada en mi contra cuando no estaba la tomata esa.
Acaricié a dragón antes de salir de la casa por varios segundos, solo maullaba y me manoteaba para que lo dejara dormir, pero lo ignore.
Segundos después me colgué la mochila, salí de la casa y la cerré muy bien, dirigiéndome de nuevo a la librería, Acela estaba guardando de nuevo esa enorme caja en la zona prohibida de la librería, cuando me vio entrar se apuró a cerrar todo y volvió al escritorio, sonriéndome como si no pasara nada.

EL OTRO MUNDO 🌌 ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora