Capítulo 38

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Nota de la autora: Este es un capítulo largo y está plagado de muchas escenas de muerte. Pero espero que el final lo compense.

-S-

22 de septiembre de 1978 (continuación)

"Creo que nos beneficiaría si Dumbledore piensa que ustedes dos están en una relación romántica", sugirió Severus a Hermione y Black, mirando a la barra para asegurarse de que Lupin todavía estaba ocupado con las bebidas.

"¿Disculpa?" Preguntó Hermione, y Severus se alegró bastante de haber tenido sexo antes de dirigirse a la aldea. Estaba bastante seguro de que a ella no le agradaría mucho este plan. Pero tenía que suceder.

Después de todo, era un espía. Y aunque es posible que Severus no pudiera leer la mente de Dumbledore, el Gryffindor carecía de sutileza.

"Apuesto mi herencia a que el motivo del director para contratarte, Black, fue que le hicieras compañía a Hermione. Se ha asegurado de informarme innumerables veces que ha sido testigo de ustedes dos siendo bastante... amigables. También quiere que cancelemos el compromiso", dijo Severus justo cuando Lupin regresaba.

"¿Van a cancelar la boda?" Preguntó Lupin mientras se sentaba con la bandeja de bebidas.

Black sintió pena ajena y los ojos de Hermione se oscurecieron.

"Quieto, muchacho", se burló Severus. "Dije que el director quiere que cancelemos la boda".

Lupin, al menos, tuvo la decencia de sonrojarse.

"Entonces, por favor explícanos cómo hacerle creer a Dumbledore que algo está pasando entre nosotros..."

"Él pensará que su plan para separarnos está funcionando, a pesar de que ella está lo más lejos posible de tu tipo", respondió Severus.

"¿Y cuándo se lleve a cabo la boda?" Preguntó Lupin, todavía con ese toque de esperanza en su voz.

Severus se encogió de hombros. "Probablemente crea que Hermione es infiel".

"¡Oh!" dijo ella a su lado, con una expresión de comprensión plasmada en su rostro.

"¿Oh?" dijo, arqueando una ceja.

"Nada", Hermione le devolvió la sonrisa. "Solo... me hiciste pensar en algo que mi antiguo director dijo una vez".

"¿En serio?" preguntó, su mente llamando a su puerta, solicitando entrada.

No sé si puedo decírtelo, dijo ella en su mente, su voz incorpórea en su conciencia. Es un pequeño detalle que no puedes saber.

Tendría que dejarlo pasar. Además, sus palabras pudieron no haber sido tranquilizadoras, pero el humor en su voz era suficiente para él.

"Entonces, ¿Sirius y no yo, porque...?" Preguntó Lupin, y Severus soltó una carcajada.

"Sí, porque te dejaría a ti, un canalla indigno de confianza que ya le robó un beso a mi prometida, actuar como si estuvieras en un enredo romántico con ella".

Black asintió y tomó un sorbo de su bebida. "Eso, y a mí se me hace agua la canoa", se jactó con esa sonrisa irritantemente encantadora.

Lupin frunció el ceño. "Sirius, esa es... esa es una expresión muy muggle y no estoy seguro de que sepas lo que significa".

"¿No? Muy bien, ¿qué te parece esto? Bateo para el otro equipo, se me va la cochina al monte...", replicó, con una sonrisa descarada en su rostro.

Lupin se quedó helado. "¿No quieres decir...?"

"¿Necesito explicártelo? En realidad, no me importa."

Corrigiendo El DestinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora