Broken Soul | Toko

VIII

SENSACIONES

Era de conocimiento general que Toph Beifong, aquella niña que había sido la maestra de tierra control del avatar Aang y, también, heroína de guerra, era ciega de nacimiento. Aun más conocida era, para extrañeza de la mayoría, su excelente capacidad de moverse por donde se le diera la gana sin tropezar ni la más mínima vez, como si supiera exactamente dónde estaba cada cosa, como si en realidad las viera. Pero sólo sus más cercanos sabían de la perfecta capacidad de ella para ver con el simple contacto de sus pies con la tierra, de lo bien que podía leer las vibraciones de los otros. Que era incluso capaz de descubrir a un mentiroso.

Pero, como Ursa y Kiyi no habían estado muy atentas a la historia más allá de los héroes que ayudaron al avatar Aang a acabar con la guerra de los 100 años, les era totalmente desconocido cómo hacia aquella muchacha para moverse así, con tanta libertad por el palacio. Sus miradas insistente se clavaron en la nuca de ella quien, al sentirse observada, no pudo evitar tensarse un poco, solo un poco, porque estando con Zuko, ¿Qué podría salir mal?

No le resultó difícil volver a la normalidad la entrada del palacio, mucho menos golpear con fuerza el brazo del señor del fuego como si eso fuera lo más normal del mundo, riendo cuando éste fue a masajear la zona lastimada ante la mirada espantada de sus soldados. Ser Toph Beifong tenía algunas ventajas, en realidad.

-Tío Iroh, chispita, ¿Por qué ellas me miran con tanta insistencia? –Señaló hacia donde las dos mujeres estaban, sin voltear el rostro en ésa dirección –Y, ¿Quiénes son, por cierto?

-¡Oh! Es verdad que no las conoces –Iroh rió acariciando su barba, mirando en la dirección que la menor señalaba –Ursa, Kiyi, ¿Por qué no se acercan? –Ambas obedecieron a la petición del viejo, Kiyi evitando tomar la mano de su madre cuando ésta trató de tocarla

-Zuzu, ¿Quién es ella? –La niña se colgó del brazo de su hermano, apartándolo sólo un poco del cuerpo de la maestra tierra -¿Y por qué destruyó tu palacio Zuzu?

-Soy una bruja que hace temblar la tierra –Bromeó mordiendo descuidadamente la uña de su pulgar –Puedes llamarme tu peor pesadilla

-¡Zuzu!

-No hagas eso, Toph –Ella encogió ambos hombros ante el regaño de Zuko –Madre, Kiyi, quiero que conozcan a Toph. Ella fue la maestra tierra-control de Aang, y es una buena amiga nuestra –Iroh le dio una mirada de cuida lo que dices a la vez que la mencionada parecía dar un par de pasos para alejarse de él, acción que evitó sujetando su muñeca de pronto. Toph se tensó, y Zuko maldijo entre dientes por su acción, liberando apenas su agarre, los dedos negándose a abandonar la tersa piel ajena. –Toph, ellas son mi madre Ursa y Kiyi, mi hermanita menor.

-E-es un placer conocerlas... sí, eso. Oye viejo –Apartó sutilmente su muñeca de los dedos del otro, volteando hacia el tío Iroh –No... ¿No tienes ganas de una taza de té?

-¡Oh! Té suena como algo bueno en éste momento. Siendo sincero, siempre es un buen momento para beber té.

-Puedo prepararles un poco si lo desean. He estado practicando

-¡Sí! ¡Mi hermanito Zuzu hará té! Venga abuelo, vamos con Zuzu. –Las manos de Toph cubrieron parcialmente su rostro en ése momento, dando un suspiro en el que liberaba todo el aire que había estado conteniendo. Sintió cómo las personas se dispersaban a su alrededor, cómo Kiyi arrastraba al gobernante siendo seguidos por Iroh, sintió la mirada de Zuko clavada en ella mientras era llevado lejos, y fue más que consciente de que aun quedaba una persona ahí, con ella.

-No va a ser sencillo –Masculló entre dientes, sorprendida cuando escuchó a Ursa, la madre del chico del que estaba enamorada, reír bajito, casi como si no quisiera ser descubierta