III

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MOMENTOS ROBADOS

Parecía que había transcurrido una eternidad entre el momento en el que, paralizado por los gritos de la maestra metal, Zuko detuvo por completo sus movimientos, y la llegada asustada del resto del equipo avatar guiados por el fuerte sonido que la garganta desgarrada de Toph podía llegar a emitir. Y así, ajena como un simple ente, la niña los sentía a todos rodearla, diciendo un montón de incoherencias, extendiendo sus manos con el objetivo de tocarla.

De pronto, como en una alucinación, dos guardias del palacio dieron vuelta en la esquina cerca de ellos, y Toph, aun aterrada de tantas personas, tanta cercanía, y tantos recuerdos abrumándola, estiró uno de sus brazos, señalando en dirección de ambos hombres. , deseando lanzarles una enorme roca que los aplastara por siempre. Por supuesto, no podía destruir el palacio de la nación del fuego sin iniciar una nueva guerra por eso.

-jamás podría olvidar su voz –El tono utilizado fue apenas escuchado por el resto, pero no hizo falta darle muchas vueltas a la afirmación de la menor. Así que, olvidándose de su status de señor del fuego y héroe de guerra, Zuko y Sokka no dudaron en correr hacia el tipo que, quizás adivinando lo que la maestra tierra había revelado, ya se disponía a dar media vuelta y correr -¡Lo mataré!

-Toph, por favor, cálmate –Y Katara, que era experta en eso de mantenerse serena en todas las oportunidades que se le presentaban, logró, después de mucho tiempo, abrazar el cuerpo de la más joven del grupo, intentando darle un confort que poco hacía en la niña ciega –Debes calmarte

-él me... él solo... tocó... lo hizo... fue primero...

-Shh, ven cariño, creo que deberías dormir.

-¡No Katara! Por favor, no me dejes sola con él. No lo hagas princesita, te lo suplico, no me dejes

-No te dejaré Toph, ¿Cuánto hace que no tenemos una noche de chicas tú y yo?

-¿Una noche de chicas? ¿Hablas en serio princesita? ¡QUIERO ASESINARLO, MALDICIÓN! ¡Él ES UNO DE LOS INFELICES QUE DESTRUYÓ MI VIDA! ¿Por qué no puedes comprenderlo?

-La llevaré a su habitación y...

-¡NO TE ATREVAS A TOCARME!

Ninguno fue capaz de saber con exactitud en qué momento la más joven fue capaz de usar su tierra-control, lanzando enormes rocas hacia los dos guardias del palacio y sus actuales captores, –en referencia a Zuko y Sokka- y mucho menos supieron cómo se las arreglaron ambos chicos para evadir con éxito el ataque de la maestra ciega. Suki gritó en un momento, de seguro, cuando una de las piernas del maldito que había tocado a Toph fue crudamente aplastada, el grito de éste opacando por completo al de la guerrera kyoshi.

El aire-control de Aang golpeó de lleno el pecho de la muchacha distraída en su venganza, enviándola con fuerza brutal contra la pared del palacio en la que había estado oculta cuando el señor del fuego la encontró hace ya unos minutos. El sonido de piel impactando contra piedra hizo a Katara gritar el nombre de su novio antes de correr hacia su amiga, sin saber del todo cómo acercarse a ella sin resultar lastimada también.

-¿Qué crees que haces Aang? –Agitándose con furia, Sokka señaló a su amigo, el ceño en su rostro más fruncido de lo que lo había estado nunca -¿Por qué lastimas a Toph?

-¡Estaba tratando de asesinar a ese hombre! ¿Qué querías que hiciera?

- ¡Pues déjala! ¡Está en todo su derecho! –El avatar negaba una y otra vez, viendo ahora a los guardias del palacio que comenzaban a rodearlos. Zuko gritó indicaciones para todos, al igual que lo hizo Suki con sus guerreras. No podía permitirlo, los monjes le habían enseñado que toda vida era sagrada, incluso la de los criminales -Ellos se aprovecharon de la vida inocente de Toph, ¿Por qué no puede ella hacer lo mismo?

Broken Soul | TokoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora