Capítulo 26

6 1 0
                                    

SARIEL

La veo conversando con Azhra, sonríe y se divierte viendo a Valentina haciendo muecas.

Han pasado 10 minutos desde que su hermano la dejo. Pero eso no importa, la he estado observando desde que dio la primer paso en el club y ella por muy gracioso que parezca, no le ha tomado ni la más mínima importancia a mi presencia ¿acaso no nota que la recorro con la mirada? ¿no nota la cara que pongo cada que se atraviesa por mi camino?

Nunca tengo problemas con las mujeres, pero ella, ella no se deja caer en el juego.

Ey Sariel — Llega Ibar con Asher— Perdón la demora —me dan un apretón de manos —El carro de Asher se descompuso.

— Tú fuiste él que no se fijó en la gasolina.

— No quiero enterarme de sus problemas maritales

— Noto la tensión en tu cuerpo querido líder —dice Asher e Ibar sigue mi mirada.

— ¿Es por la pequeñuela? Oh, Aries te mataría —se tapa la boca para carcajearse

— ¿Y él donde esta?

— Se fue a llevar a la alcohólica de Francesca —sonrió recordando la cara de Andrómeda cuando Francesca lanzo el puñetazo directo a la cara del hombre.

— ¿Estás sonriendo? Debe tener algo esa niña

— Yo no he hecho nada, simplemente me llama la atención.

— Si claro, díselo a tu cara.

— Mejor aún, díselo a su edad —termino mi copa — Es apenas mayor de edad amigo, déjala en paz

— Solo he dicho que me parece interesante —Me paro para ir al baño — No que andaré de tras de ella ... 

Pero si ella viene tras de mí, no prometo nada.

Voy al baño no sin antes darle una mirada más, no sé si es despistada, tonta, o disimula muy bien el hecho de saber que no aparto la vista de ella.

Paso por el gentío y llego al cuarto de baños, asomo mi rostro al espejo y mojo un poco el pelo, exhalo y antes de irme asimilo lo cansado que estoy, no estaría mal una distracción.

Salgo del baño y bingo, por mis ojos se cruza una majestuosa rubia bailando. Hoy no soy líder, hoy no soy coach, hoy no soy soldado.

Me acerco y ella al instante nota mi presencia, esto es lo que debería pasar siempre, de todas formas, un hombre castaño pelirrojo de 1.84 m no te lo encuentras en cada esquina.

- Hola guapo —la española me habla a lo lejos mientras baila y me hace señas con el dedo índice para que me acerque.

- Tú acércate —le grito en su idioma mientras me acomodo en una silla alta del bar. Ella se acerca sonriente y correspondo una sonrisa coqueta.

- ¿Por qué tan solo tío?

- Disfrutando del panorama que me das — le hablo más cerca de su oído.

- ¿Y te gusto lo que viste?

- Necesito ver más

Ella sonríe y se aleja unos cuantos pasos para poder mover sus caderas al ritmo de la canción que suena, baja y sube lentamente pasándose las manos por el cuerpo que reluce ese vestido blanco corto ceñido.

Decido pararme y dejar el estrés a un lado, y ya que esta ella, hoy será su día de suerte. Camino en dirección a ella y cuando quedo cerca, gira chocando su espalda a mi pecho, sigue contorneándose y yo sigo sus movimientos, acomoda la palma de su mano en mi mentón y me sonríe, percibo su aroma, un olor floral combinado con euforia.

What I HaveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora