Capítulo 40

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¿Qué hice?

¿Lo hice?

Lo hice.

Me rio como loca, no puede ser, sigo riendo. Lo hice

Creo que estoy dando brincos automáticamente.

— ¡Si! ¡Si! — rio aprovechando que no hay nadie a la vista — ¡Lo hice!

— ¿Qué hiciste? — paro la alegría de momento y giro lentamente mostrando una sonrisa estática

— Hermano je je je ... es que —lo primero que se me viene a la mente— Pase la prueba de apnea uf muy difícil, pero lo logre—le muestro el pulgar

— ¿En serio? Felicidades—me abraza — Podemos hablar con Sariel, te puede decir en qué puntos mejorar aún más — me guía de regreso a la piscina

— No —niego— No creo que sea necesario ahora, tengo la próxima clase. Lo abrazo de pronto —Gracias por preocuparte de todos modos.

— ¿Segura que no tienes nada? —niego con la cabeza — Bueno ¿Hacia dónde vas?

— La cafetería, faltan 42 minutos para que comience la siguiente clase

— Te acompaño, tengo tiempo libre— caminamos en esa dirección — ¿Cómo va todo?

— Complicado— exhalo— O sea adaptarme, aunque estoy pasando todo, sé que recién es el inicio — alzo los hombros y Aries se ríe

— Quisiera tener tu despreocupación a veces

— No es despreocupación, es el hecho de saber que yo puedo con todo

— Con todo y más — afirmo— ¿Sabes que si necesitas algo me lo puedes decir no?

— Claro, eres mi hermano, ¿con quién más hablaría? —coloco mi brazo sobre su hombro arrastrándolo hasta mi altura— Mi hermano preferido

— El único

— Me refiero a que, si me hicieran elegir, te elegiría a ti, cuantas veces sea necesaria

Reímos juntos

— ¿Puedo preguntar?

— Ya sabía que todo era por algo, adelante

— ¿Ya puedo llamar cuñada a Azhra? — su rostro toma un tono rosado—¿Te sonrojaste? ¡POR DIOS, TE SONROJASTE! — lo señalo

— No lo digas fuerte — rio mientras él toca su rostro para bajarse el color

— Entonces ¿Si puedo?

— Prefiero guardarlo hasta que se algo serio

— Entonces si quieres algo serio ¡Ahhhhh! — grito y vuelvo a saltar

— Azhra y yo ...

— ¿Azhra y tú...?

— Ella es muy cercana a Sariel, nunca he sabido qué relación tienen y no voy a preguntar, porque tampoco quiero interponerme.

— Entiendo, no sabes que hacer

— Sí, pero no. —seguimos caminando— No quiero que las cosas se pongan tensas ¿Y si me vuelvo la tercera persona?

— Nunca serias la tercera persona. Eres bueno, educado, inteligente y la persona con los ojos más negros, pero con alma más blanca que conozco

— ¿Crees?

— ¿Quieres que investigue? Aunque por lo que veo, no creo que tengan una relación más allá de lo amical — Si no, no me hubiera besado de esa manera ¿O sí?

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