Capítulo 28

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Estamos en mi auto, esta vez yo voy manejando, tengo a Aries de copiloto y a dos intrusos atrás.

- ¿Ya llegamos? -dice David

- Que no, basta -exclamo cansada

- Ya estamos cerca-le dice Aries más tranquilo

- Llevas preguntándonos si ya llegamos desde hace 15 minutos, cánsate

- Es porque estoy ansioso ¿okey? -responde el rubio

- A todo esto, vamos como 20 minutos de camino ¿de verdad aún no llegamos? -dice mi otro amigo.

- Es que Andrómeda maneja como abuela - lanzo lo primero que encuentro hacia los asientos de atrás.

Sigo manejando por 10 minutos más y llegamos al descampado que conecta con la FMAC. Acelero ya que es vía libre y por mi lado aparece una moto lineal con una mujer con casco. Aries voltea y sonríe, la motorizada le responde con una movida de mano.

- Es Francesca -avisa él volteando a verme y correspondo con el saludo levantando una mano.

- ¿Quién? ¿Quién? -se asome mi amigo entre los dos asientos

- ¡Salte! - lo regresa Paulo a su asiento - Francesca, la capitana Davis.

- Oh - vuelve a salir entre los dos asientos más rápido que antes - ¡HOLA! - grita y ella vuelve a voltear y a mover su mano para después acelerar y superarnos en la pista.

- Acelera Andrómeda, acelera - me dice moviéndome el hombro un poco

- No hagas eso - mi hermano toma su muñeca y la bota hacia atrás

- Perdón, mejor ya me callo

- Al fin -habla Paulo

- Gracias dios mío -digo yo

- Tenía que pasar en algún momento- voltea Aries

- Oigan me hacen sentir mal - se tira al asiento y cierra los ojos. Los tres nos miramos y no quisimos eso tampoco.

- ¡A la bin! -grito

- ¡A la ban! -responden esos dos

- ¡A la bin bon ban!

- ¡David! ¡David! ¡Ra! ¡Ra! ¡Ra! - le hacemos porras y él sonríe.

- Yo también los quiero - se quita una falsa lágrima y reímos dentro del auto

Llegamos a las compuertas principales e ingresamos todos con huella dactilar. Conduzco hasta el sótano para estacionar.

- Lento pero seguro, llegamos -digo mientras paro el vehículo

- Ni la tortuga con la liebre se atrevió a tanto -dice David bajando y estirándose

- "Gracias Andrómeda por jalarnos hacia la sede" así se dice - también se baja Paulo y me quedo con Aries dentro.

- Pero tú fuiste la que los llamo -me rio por recordar

- Es que no quería perderme lo que está a punto de pasar

- ¿Qué hay en esa mente maquiavélica tuya ahora?

- Solo espera -bajo del auto y él hace lo mismo mientras mi mira con curiosidad.

Cada uno saca sus maletas de mano del auto y nos dirigimos a la zona de reclutamiento, por el cual debemos pasar por otro seguro ocular y personal, aparte de otras cosas como la máquina detectora.

What I HaveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora