Capítulo 44

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— ¿Aló?

— ¿Señorita Harper?

— ¿Con quién hablo?

— La llamamos porque ha sido ganadora de un sorteo dentro de la FMAC

— ¿Así? — vuelvo a ver mi celular —¿De qué premio estamos hablando?

— Gano un entrenamiento de dos días por este fin de semana

— No lo quiero —cuelgo y arrojo mi celular a la cama

Estoy ordenando mi habitación como siempre hago cada que quiero despejar mi cabeza.

Mente ocupada, pensamientos vacíos.

— ¿Aló? —vuelvo a contestar el celular con un tono más cansado

— ¿Utilice una mala técnica no?

— ¿Crees que aceptaría entrenamiento extra Sariel? — se escucha una carcajada

— Tenía que intentar

— Ni aunque cambiaras de voz, tengo identificador de llamada y si quisiera seria satelital

— ¿Tú misma lo hiciste verdad?

— Que comes que adivinas —ahora exhala — ¿Y me llamabas para?

— ¿Quieres salir conmigo hoy?

Le doy clic para que no escuche y comienzo a brincar en mi lugar

— ¡SI! ¡SI!

Me repongo y todo antes de contestar

— ¿A dónde?—respondo serena

— Sorpresa

— No me gustan las sorpresas — me encantan las sorpresas

— ¿Quieres o no?

— No me presiones, así no funciono

— Habrá chocolate

— ¿En dónde y a qué hora? — Ey no juzguen, chocolate es chocolate

Sariel me pregunta si me puede pasar a recoger y le digo que sí, Aries no estará en casa, sigue ocupado en la sede con algunos proyectos más como las del refugio para animales y algunos casos que requieren de sus conocimientos judiciales.

Me baño y alisto. Me coloco unos flare pants negros, un top blanco ceñido, una chaqueta de cuero negra y botines. La salida no es nada elegante y me dijo ropa cómoda así que me siento bien. Frente al espejo, me maquillo solo un poco ya que hace calor y finalmente cojo mis accesorios plateados, unos lentes negros de sol, mi relicario y cuatro splash de perfume.

Bajo a la sala solitaria de mi casa, mamá está en el hospital. Desde que empecé el entrenamiento en la FMAC no la he visto mucho que digamos, o menos de lo usual mejor dicho, sé que su trabajo siempre fue así, pero al reducir mi tiempo, nuestros momentos se han hecho más cortos, antes por los menos podía comer en la mesa junto a ella y hablar <discutir> de algunas cosas.

Me dirijo a la puerta, descolgando mi pequeña cartera negra que ya tenia colocada en el perchero, cuando escucho el claxon, 2 veces como dijo, me siento perro caminando hacia una especie de llamado.

— ¿Qué es esto? ¿Juego de gemelas? — digo mientras me acerco a él que se encuentra parado en la puerta del carro con unos pantalones negros y chaqueta de cuero negra como la mía.

— Al parecer tienes buenos gustos — lo miro de pies a cabeza

— No sé, a veces dudo —le hago una mueca con los labios fruncidos

What I HaveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora