¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Para Sakura siempre era un día normal como cualquier otro. Las mañanas siempre tranquilas sin ninguna pizca de ruido.
Miro frente a ella el gran edificio, el inquietante silencio se había acabado al llegar a esa escuela. Desde dentro se podía escuchar el sonido de balones rebotando, aun sin estar en el gimnasio. Las actividades extra curriculares eran algo que no la emocionaba y mucho menos si era algo relacionado con el deporte.
El Karasuno se destacaba por tener una gran variedad por donde escoger. Pero el que más se destacaba era el club de voleibol, desde antes de que llegara, estos ya eran aclamados por los mismos estudiantes.
Terminando las clases podrias darte una vuelta por ahí y aun así escuchar el sonido de jadeos, balones botando y el rechinido de los zapatos.
Para mala suerte de Sakura Haruno, uno de estos había salido disparado directo a la ventana de el Club de Enfermería.
...
El entrenamiento iba relativamente bien. El pequeño Hinata tenia aprisionado un balón, tratando de quitárselo de las manos a Kageyama. -¡Maldito...! Tienes más balones... ¿Por que no darme este...?- Apreto los dientes.
-¡Por que se que tu lo quieres!-
Un descuidado movimiento de parte de los dos hizo que volara por los aires. Los dos se miraban cómplices. Ninguno dijo algo, mucho menos al ver la mirada expectante de Tanaka sobre ellos.
La puerta corrediza del gimnasio se abrió de un golpe.
-¡Disculpen...!- Una dulce voz resonó sus oídos llamando la atención de todo el que la escuchara.
Sus ojos se posaron en ella, traía una gran bata medica; como si fuera un viejo doctor jubilado. ¿Y esta de donde había salido...?
En su mano izquierda reposaba un objeto que claramente pertenecía ahí, Daichi escaneo con la mirada... de donde podría haberse salido ese balón que llevaba en la mano. Su mirada escaló hasta su otra mano, donde estaba tratando de parar un sangrado de nariz.
-¿¡Que necesitas niña...?! Estamos entrenando aquí...- Se atrevió a hablar el gran entrenador Ukai.
-¡Encontré esto... ¿Podría saber quien lo lanzo...?- Hablo con un tono más neutro, refiriéndose al objeto.
Kageyama al verse un poco presionado, dio un paso al frente. Sin embargo todavía con su cara sin ninguna expresión aun se le notaba el nerviosismo. -¡Es mio...!-
Tras la atenta mirada de todos, se acercó a devolverlo. Lo que pensaban que era una acción inocente, tomo un rumbo extraño.
La delgada chica tomó el balón con todas sus fuerzas y lo lanzo... directamente a la cara del Setter. Este sin esperarse esta reacción, cayo sin previo aviso al suelo.