Fermín es un joven apasionado del fútbol. Carla es su mejor amiga desde hace años y lo adora. ¿Qué pasaría si después de 2 años sin verse vuelven a reencontrarse y saltan chispas? Quédate para descubrir más.
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Estaba en mi cuarto a punto de irme a dormir cuando de repente alguien toca la puerta.
-¿Quién es? - Pregunto.
- Soy yo - Escucho decir a una voz masculina. Es Fermín. Tengo dos opciones. Abrirle la puerta o hacerme la dormida. Opto por la primera ya que la segunda no colaría porque ya le hablé.
Me levanto y abro la puerta.
- ¿Qué pasó? - Le pregunte mientras volvía a acostarme en mi cama.
- ¿Podemos hablar? - Me dice preocupado.
- Tengo mucho sueño, hablemos mejor mañana - Le digo yo dando media vuelta para darle la espalda.
Acto seguido siento como la mitad de mi colchón se hunde un poco. Fermín se estaba acostando. Aunque quería mirarle y hablarle resistí y seguí mirando la pared. De repente, sus manos me cogen de la cintura y me atraen hacia él. Mierda, lo está volviendo a hacer. Intento controlar mis nervios, pero mis latidos me delatan.
- ¿Estás nerviosa? - Me susurra al oído.
- No - Digo sonando lo más seca posible sin girarme aún.
- Mírame - Me dice con un tono de voz dulce pero a la vez firme.
Tardo algunos segundos en obedecer, mientras pienso si debería girarme o no. Acabo accediendo y doy media vuelta. Sus ojos marrones clavan su mirada en la mía. Durante 10 segundos ambos permanecemos en silencio mirándonos.
- Perdóname - Dice suplicándome y haciéndome ojitos.
Carla resiste, digo internamente. Realmente muestra pena en su voz y sus ojos. Pero el daño ya está hecho.
- No tengo nada que perdonar, no somos nada - Le digo yo, y aunque duela, es la cruda realidad. Simplemente somos dos amigos que nos hemos reencontrado después de dos años. Veo su cara de decepción, probablemente la haya cagado.
- Ya ya - Dice alejándose y sobándose la cabeza - Pero igualmente quería dejarte claro que Marta y yo no somos nada y que el beso fue un error - Dice justificándose.
- No hace falta que me expliques Fermín - Le digo yo ahora. Realmente su explicación me ha tranquilizado, pero sigo estando dolida.
- Ya, bueno, creo que mejor me voy - Dice éste muy extraño mientras me suelta y se aleja de mi. Yo sigo un poco en shock y me froto los ojos, era tarde y tenía sueño. Cuando vi que estaba a punto de salir reaccioné.
- Espera - Le digo en voz alta para que me escuche.
- ¿Si? - Me dice en busca de alguna respuesta al por qué le he parado.
- ¿Podrías quedarte? Es que Martina probablemente se quede con Gavi para arreglar todo y no me apetece quedarme sola. Pero vamos que si tú no quieres no pasa nada. Solamente es una propuesta por qu-