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La llegada a Italia fue tal como me la imaginé, el cambio de clima se notó al instante, la suerte es que el jet también tenía aire y me refrescó.

Antes de bajar me quité todos los abrigos que traía y solo me dejé un suéter, ya que a pesar de todo, no podía coger sol.

Me puse unos lentes y bajé tomándome un mockachino, que estaba delicioso.

Esta vez el lugar donde me quedé no era un penthouse, sino una villa extremadamente lujosa y custodiada.

Pfff se te arruinaron los Planes de escape futuros.

Claro que no! De que me fugo me fugo.

Estaba pintada de blanco, habían varios empleados que hacían una inclinación a la cabeza cuando pasaba, y aunque les insistí en que no era necesario no me hicieron caso.

Jhon dijo que no me preocupara por eso, que estaban acostumbrados a eso y luego para mi sería normal.

Eso solo es normal para la gente ricochis.

Ciertamente.

Me di una ducha rápida al llegar al cuarto y saqué una ropa cómoda para poder comer y que la barriga no me apretara después.

Excelente idea.

Obvio, no hay nada peor que la ropa te apriete después de comer.

Fuimos directo a un lugar de pizzas y cosas muy italianas, lo primero que me pedí fue una lasaña, que estaba deliciosa junto a una piña colada, luego una pizza napolitana con otra piña colada y de postre unos cuantos trozos de tarta de fresa.

La chica que me atendió no dejaba de mirarme con asombro al verme comer tanto, y yo felíz pedí dos pizzas mas para llevar por si me daba hambre en la noche.

Obvio vas a tener hambre, siempre tienes hambre.

Nadie te preguntó.

Di un paseo para que se me bajara la llenura, y de paso me tomé un heladito de uva para refrescar el calor mientras admiraba los monumentos italianos.

Querrás decir los papuchos italianos.

Tu si sabes.

Debo admitir que siempre tuve debilidad por los italianos y los londinenses, esos acentos tan profundos los hacen muy sexys, aunque los rusos y españoles no se quedan detrás.

Pero es que por estas calles habían cada especímenes que me daban deseos de volverme secuestradora, grrrr papis.

Pareces gata con rabia.

Te voy a ignorar.

Caminé por un rato hasta que me aburrí y pedí regresar a la villa, donde fui directamente a mi cuarto, encendí la computadora y me dispuse a buscar como aumentar los ceros otra vez.

Aquí en Italia hay muchos a quienes robarle dinero, solo que voy a tratar de alejarme del loco de Mascherano, mejor iré por algún otro menos suicida y psicópata.

Uiiiii aquí en Italia es mas fácil comprar cosas que en Rusia, incluso las Islas.

Hablando de islas, ¿no tenía el tío sexy del tóxico máximo una isla escondida? ¡Yo también quiero una!

El problema es donde, necesito que sea alguna donde nadie la encuentre, eso se debe planear bien, y hacer varios cálculos, pero de igual forma compraré otras para hacer centros turísticos y Planes secretos.

Me dispuse a buscar acciones de empresas de moda, aunque yo no sepa ni papa de eso, pero aquí en Italia es algo que da mucho biyuyu y eso es genial.

Solo Yo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora