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Cinco años atrás

El sol brillaba en todo su esplendor anunciando un nuevo día. La brisa entraba junto el reflejo del sol a través de las ventanas que estaban entre abiertas.

- mmm - murmuró quejandose entre sueños mientras se removía en la cama.

El de ojos violetas sonrió mirando a su amada dormida a su lado. Aún le pareció irreal que después de diez años de no poder dormir casi nada mientras aprendia mas de sus poderes, y llevaba a cabo su reinado en el nuevo Camelot, finalmente tenía a la persona que más amaba en todo el mundo, su razón de crear uno nuevo.

- Amor - Murmuró suavemente mientras le acomodaba un mechón de cabello detrás de la oreja y paso suavemente su mano por la mejilla dejando una caricia.

- Cinco minutos más - Murmuró con los ojos cerrados.

- Eso dijiste hace cinco minutos - Hablo divertido con una pequeña sonrisa pintando sus labios.

- Entonces dame cinco minutos más - Respondió sin abrir los ojos mientras cubría su cabeza con las sábanas.

- Bien...aunque dudo que a Hitomi le agrade que llegues tarde -

Su sonrisa se ensanchó al ver que la peli violeta se destapaba y se sentaba rápidamente.

- Carajo, va a matarme si llego tarde otra vez - Hablo levantándose de la cama abruptamente causando que las sábanas se enredaran en ella haciendo que cayera al suelo.

- ¿Estás bien? - Se asomo para verla.

- Si - Respondió haciendo una pequeña mueca de dolor por el golpe.

Mientras se levantaba de nuevo, se acercó al armario de madera buscando rápidamente que ponerse, fue pasando vestido tras vestido hasta que encontró uno sencillo de un color verde oscuro con corset. Se despojo de su pijama bajo la atenta mirada de un par de ojos violeta que la miraban.

- ¿Que tanto miras? - Pregunto mientras se vestía dándole la espalda.

- A mí futura esposa, ¿Por qué? - Respondió el de cabellos naranjas con una media sonrisa.

Soltó una pequeña risa negando mientras se terminaba de vestir y se volteó para verlo.

- Los años lo volvieron más pervertido señor Pendragon - Habló divertida acercándose mientras él se sentaba sacando las piernas de su cama.

- Es por tu culpa, futura señora Pendragon - Sonrió mientras ____ se paraba entre sus piernas.

Al estar él sentado, facilitaba a la de baja estatura llegar a su rostro sin problemas. Poniendo sus manos en la nuca de Arturo, le acaricio los mechones de pelo con una sonrisa.

- Me gusta como suena eso - Acepto dándole un pequeño beso en la mejilla y lo soltó yendo al baño de la habitación para lavarse el rostro y la boca.

- A mí también -

Luego de unos minutos, salió del baño ya con medio pelo recogido y una sonrisa en sus labios.

- Vendré más tarde, así que no mandes a Orlondi por mí -

- Está bien, ¿Quieres que te vuelva a explicar cómo llegar? - Pregunto divertido recordando el suceso de hace unos días.

- No, ya me quedo claro como - Rodó los ojos avergonzada por la burla del mayor - Nos vemos - Se acercó y le dio un corto beso.

- Despídete bien - Con su brazo la agarro de la cintura y la beso largos segundos luego la soltó.

La Reina del caos (Arthur y Tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora