Profesor Jeon - JK

6. Game

Al día siguiente por la tarde.

Jungkook estaba acomodando en su armario la ropa que había comprado ayer.

-Aquí estará tu ropa.- Me enseño el lugar.- En estos días te comprare mas.

-No es necesario.

No necesitaba ropa nueva, no es como que me vaya a quedar a vivir con él.

-Si así lo quiero yo, así será.- Acerco mi cuerpo al suyo y quito la bata que cubría mi cuerpo.- Y desde ahora, no quiero nada nada cubriendo tu piel.

-¿Nada?.- Me miro serio y no contesto mi pregunta, lo que significaba que nada es nada.

¿Quería que estuviera desnuda todo el tiempo?.

-No quiero que agarres, abras o toques cualquier cosa de esta habitación.- Asentí.- Báñate, estaré en la sala.

Me causaba un poco de molestia ser mandada y obligada a obedecer, esa no era mi naturalidad. Pero la calificación y el placer lo hacían mas ameno.

Seque mi cuerpo y me coloque una toalla en el cabello. Estaba como me lo pidió, sin nada. Pensaba en salir de la habitación cuando lo escuche hablar.

-Ya te dije que no puedes venir.- Estaba hablando por teléfono.

-¡No vengas!.- Dijo alzando la voz.

-Mañana te veo.

-Te amo.- Dijo casi susurrando.

¿Te amo?

Me causo curiosidad saber con quien hablaba.

Sali de la habitación y lo vi peinando su cabello hacia atrás con sus dedos.

Cuando me vio lamio sutilmente su labio y no voy a mentir, me sentí un poco incomoda. Solo había estado desnuda en la cama y en el baño. Estar así como si nada en todo el departamento... es algo nuevo.

-¿Que haremos hoy?.- Dije sentándome en el sofá.

-¿No tienes tarea? Puedes agarrar la laptop de la oficina.- Señalo la habitación de la oficina.- Para que las hagas.- Se sentó a mi lado.

-Olvídalo.- Señale su celular.- ¿Me lo puedes prestar?.- Me miro algo extrañado.- Tranquilo no revisare nada, solo quiero descargar un juego.- Dije restándole importancia.

Me causaba intriga saber con quien hablaba pero eso no era de mi incumbencia.

Me dio su teléfono y fui directo a descargar el juego.

-Juguemos este juego, solo tenemos que dispararle al equipo contrario.- Le explique el juego.

Jugamos por un rato, ganamos y también perdimos. Me causaba risa cuando perdíamos por su reacción al perder. La ultima partida la ganamos y me abrazo mientras sonreía de una forma partículas. No estaba acostumbrada a ver esa sonrisa inocente... y eso causo que mi corazon se acelerara.

-Somos el mejor equipo.- Dije y chocamos las manos.

Coloco sus manos en mi nuca y me acerco a sus labios, dándome un beso tranquilo.

-Lo somos.- Dijo sobre mis labios.- ¿Ya quieres comer?.- Pregunto cuando el beso termino.

Asentí con una sonrisa y el me regalo otra.

Esa sonrisa me estaba volviendo loca, presentía que mi cerebro la estaba guardando en algún lugar de mi memoria y pensar en que la iba a recordar me hizo sonreír.

Mas tarde terminamos de comer y me ofrecí a lavar los trastes.

-Necesito irme.- Dije mientras enjuagaba los trastes.