7. Home

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Los días pasaron y por más reticente que en un principio estaba Lisa, sin poder resistirse a sus crecientes sentimientos por Jennie, acepto esta nueva dinámica entre ellas. 

Y aunque no le habían puesto una etiqueta a su relación, ambas sabían que lo que estaba creciendo entre ellas era muy especial.

Que se trataba de amor.

Temprano en la mañana, Jennie se termina de arreglar aplicándose un brillo labial como toque final, cuando se queda mirando la fotografía en el tocador, una que se tomo junto a su padre en su primer día de clases cuando empezó la secundaria.

Inconscientemente sonríe y le dice –Al fin soy feliz papá-

Sale de su habitación directamente a la cocina, en donde Lisa la esta esperando con un delicioso desayuno.

Naturalmente como si hubiesen hecho esto toda la vida, Jennie se inclina y le da un cariñoso beso a Lisa en forma de saludo.

La suave luz de la mañana se filtraba a través de las cortinas, iluminando la cocina con un resplandor cálido y acogedor. Lo que llena a Jennie de más alegría.

La realidad es que desde que su padre murió, su madre prácticamente nunca pasaba en casa, se sentía tan sola, hasta que la presencia de Lisa lo cambio todo. Finalmente volvía a sentir esta casa como un hogar.

Lo que estaba naciendo entre ellas se sentía tan perfecto y correcto, no le importaba la diferencia de edad que tenían y mucho menos que Lisa trabajara para su madre.

-Muchas gracias por el café-

Lisa y Jennie se sientan una frente a la otra, compartiendo un desayuno íntimo mientras el aroma del café recién hecho llenaba el ambiente.

Lisa sonreía mientras extendía la mermelada sobre una rebanada de pan tostado, sus ojos brillaban con una mezcla de ternura y felicidad. Jennie, a su lado, jugueteaba con una cucharada de yogur, ocasionalmente levantando la mirada para encontrarse con los ojos de Lisa y devolverle la sonrisa.

El silencio entre ellas no era incómodo; era reconfortante, como si sus corazones estuvieran hablando un lenguaje propio que no necesitaba palabras para ser entendido. Se comunicaban a través de miradas furtivas, sonrisas compartidas y el ligero roce de sus manos cuando alcanzaban algo en la mesa.

-El café esta delicioso, lo preparas igual como lo hacia mi padre- Jennie dice con una mirada de cariño, sus ojos brillando con una chispa de emoción contenida.

-¿Con dos de azúcar y un poquito de crema?-

-Si-

-¿Como era él?- Pregunto Lisa curiosa, siempre con ganas de saber más de la chica que le robo el corazón.

Jennie sonríe nostálgica. –Era espontáneo, divertido, talentoso, en realidad era un hombre extraordinario. Osea conoces a mi madre como de exigente puede ser. De todas las decenas de pretendientes que tuvo en la universidad, a él fue al único que le dio una oportunidad-

Lisa asiente, porque en realidad puede entenderlo, si Irene incluso ahora tiene una belleza extraordinaria, un atractivo intimidante y un carisma enigmático, es fácil de imaginar que en la universidad debe haber roto muchísimos corazones. Realmente debe haber sido un hombre muy especial el padre de Jennie, para que Irene le diera una oportunidad y hasta se casara con él.

-¿Cual es tu pintura favorita de tu padre?-

Jennie se quedo pensativa un instante, tratando de decidirse y es que los cuadros de su padre estaban esparcidos por toda la mansión.

𝘿𝙧𝙚𝙖𝙢𝙚𝙧𝙨 | JenlisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora