La marca...
Sentir sus labios era la gloria. Eran tan suaves y carnosos, que nunca me cansaría de besarla.
Llevé mis manos a su cintura, sentándola sobre mi regazo, mientras escuchaba los suspiros de su boca.
El beso se hizo más intenso, al igual que el calor. Ella comenzó a moverse sobre mi, sentándose a horcajadas, con una pierna a cada lado de mis caderas. Observé como su rostro se sonrojaba y, por dios, que bella se veía.
- Inuyasha, te amo tanto. - me susurró y yo creí estar soñando, ¿Cómo una chica como ella podía amar a alguien como yo?
- Kagome, ¿Cómo puedes amar a alguien como yo?
Me miró confundida, sin embargo, su expresión se transformó en una de enojo y, finalmente, una sonrisa.
- Inuyasha, no vuelvas a decir eso, ¿de acuerdo?
- Pero...
- Shhh, cállate y ámame, ámame tanto como yo te amo a ti.
Volví a besarla, pero con más anhelo, más pasión y más ansiedad. La deseo, por dios, si que la deseo.
Ella comenzó a acariciar mi pecho, tratando de desprender mi haori. Sonreí, sin embargo, no la ayudé porque me encantaba ver que ella lo hiciera. Solté un jadeo al sentir como comenzaba a moverse sobre mi. Llevé mis manos a sus caderas, ayudándola con aquel exquisito movimiento. Logró quitarme el haori y yo quite lo que quedaba, tirándolo a mi lado como si se tratara de una manta sobre el césped.
Sus manos volvieron a acariciar mi torso y, con sus mejillas sonrojadas, bajó su rostro, dejando pequeños besos en mi cuello y pecho. Un nuevo jadeo abandona mis labios, producto del placer que me está haciendo sentir. Recorrí el trayecto de sus caderas hacia sus piernas.
Por dios, eran tan suaves y cremosas. Era como si mis manos tuvieran vida propia, ya que comenzaron a subir y colarse por debajo de su blusa, mientras disfrutaban de la suavidad de su piel.
- Mmm, Inuyasha.
Escucharla decir mi nombre de esa manera provocó un tirón en mi miembro y, al parecer, ella se percató de ello.
Poco a poco comenzó a quitarse la blusa. Vera enfrente de mi, sólo con aquella pequeña prenda que tapaba sus pechos, hizo que me relamiera los labios.
- Inuyasha, yo...
Llevé mi mirada hacia la de ella. ¿Qué quería decirme? ¿Acaso quería que me detuviera?
- ¿Qué pasa? - pregunté algo dudoso.
Ella bajó la cabeza, al mismo tiempo en que pronunciaba:
- Yo hice un trato con tu parte yokai, ¿recuerdas?
Sonreí, aliviado.
- ¿Tú quieres que sea él el que...? bueno, ya sabes.
Se acercó, dándome un beso que me dejo sin aliento.
- Inuyasha, te amo en todas tus formas, lo sabes, pero... creo que le debemos a él el hecho de que tu estés de vuelta, ¿no?
Solté un suspiro, ya que tenía razón, yo mismo había aceptado el trato.
- Si, tienes razón, Kagome.
- Entonces, ¿Qué hacemos?
Sonreí, volviendo a besarla. Llevé mis labios a su oído y susurré:
- Él va a marcarte, pero yo te prepararé, pequeña.
- ¿Qué?
Sin decir más, la besé con pasión y hambre, mientras mis garras rompían la tela que cubría sus pechos.
ESTÁS LEYENDO
Inuyasha descontrolado
RomantikInuyasha y sus amigos se enfrentarán a un nuevo enemigo, por la perla de Shikon, sin embargo, en el medio de la batalla, Inuyasha pierde el control. ¿Qué harán sus amigos para traerlo de vuelta? pero, sobre todo, ¿Qué hará Kagome cuando vea que Inu...