Los personajes de Inuyasha no me pertenecen, le pertenecen a mamá Rumiko.
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Inuyasha descontrolado.
Capítulo 1
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- Que cansado estoy.
- No exageres, monje, sólo llevamos caminando unas cuantas horas, nada más.
Claro, para ti es fácil decirlo, pero nosotros somos humanos, Inuayasha, no lo olvides.
- Keh - fue lo único que pronunció, segundos antes de detenerse y empujar a Kagome detrás de él.
- ¿Qué pasa, Inuyasha?
- Siento una presencia maligna - respondió, empuñando a colmillo de acero.
- Es verdad... aquí hay una presencia maligna - lo respaldó el monje.
- ¡Kirara! - Sango nombró a su compañera, al mismo tiempo en que preparaba su HiraiKotsu y la pequeña se transformaba.
Shippo saltó al hombro de Kagome.
- Sal de donde estes, maldito - gruñó el peliplata.
- Vaya, vaya, vaya... para ser sólo un sucio hanyo, estas muy atento a los peligros - respondió una voz entre los arbustos.
- ¡Da la cara, bastardo! ¡Viento cortante! - disparó su ataque, desapareciendo medio bosque. Segundos después, de detrás de aquella nube de polvo, una figura masculina, con cabello negro y largo, ojos celestes y ropa extensa de color azul, emergió.
- ¡Ja! Que mala punteria tienes, hanyo - se burló.
- Maldito... ¡¿Quién demonios eres?!
- Pero que grosero, ¿así piensas que te diré mi nombre?
- ¿Quién es usted y que quiere de nosotros? - Miroku tomó la palabra.
- Mmm, si me hablas de esa manera, con mucho gusto te lo diré... mi nombre es Kontorõradēmon
- Señor Kontorõradēmon, ¿Qué es lo que está buscando? - preguntó.
- ¿Qué que busco?, pues, ¿Qué más?, lo que todos buscamos... quiero los fragmentos que tienen en su poder.
- ¡Ni lo sueñes, bastardo! - gritó Inuyasha, escondiendo aún más, a la colegiala detrás de él.
- De acuerdo, si no acceden por las buenas, tendré que tomarlos por las malas.
- ¡En tus sueños! ¡Viento cortante!
El demonio esquivó el ataque con facilidad.
- ¿Eso es todo lo que tienes, híbrido? - rio.
- ¡HiraiKotsu! - lanzó su arma, sin embargo, él logró desviarla.
- Niña insolente, ¿crees que una simple exterminadora puede dañarme? Ja... muere.
Extendió su mano, lanzándole una bola completamente negra, debido a la gran cantidad de energía demoníaca.
- ¡Sango! - gritó Miroku.
Por suerte, la flecha que Kagome lanzó, llegó antes de que aquella pelota golpeara a su amiga.
- Muchas gracias, Kagome - la miró.
- De nada, ¿estas bien?
- Una sacerdotisa - intervino Kontorõradēmon
Pero... ¿cómo es posble?
Pensó el demonio, rascandose la cabeza.
- Oye tú, niña...
- ¿He? ¿Me habla a mi?
- Si, tú, ¿cómo es posible que seas una sacerdotisa si ni siquiera te vistes como una?
pero por suerte la flecha de kagome llego antes de que la vola tocara a su amiga
- Bueno... yo...
- ¿Eres o no eres una sacerdotisa? - la observaba con ojos acusadores.
- ¡A ti que te importa! - gritó el hanyo - ¡Viento cortante!
Una vez más, su ataque fue esquivado con facilidad.
Maldición, es muy rápido.
Pensó, frunciendo el entrecejo.
- ¿Sabes algo? No me agradan las sacerdotisas, son muy aburridas - suspiró el demonio.
- ¡Pues, lamento que no te agraden, pero es lo que soy! - le gritó, indignada.
- Hm, rara e insolente, tendré que matarte.
- ¡Sobre mi cadaver! - volvió a agitar su espada, liberando su energía.
Sango lanzó su boomerang y, segundos después, el monje quitó el rosario que envolvía su mano derecha.
- ¡Agujero negro!
- ¡¿Qué?! - gritó el demonio.
Ese vórtice... va a abosorverme.
- No lo permitiré - dijo, al mismo tiempo en que formaba una nueva bola de energía maligna y la lanzaba en su dirección.
Miroku cayó de rodillas, pronunciando quejidos de dolor.
- ¡Su excelencia! - Sango corrió a su lado - ¡¿Está bien, excelencia?!
- S... si, Sango... fue, sólo un golpe de energía, nada más...
- ¡Maldito! ¡Lo pagarás! ¡Garras de acero! - intentó abalanzarse sobre él.
- ¡Tonto hanyo! ¡¿Realmente crees que puedes...?! - no logró terminar la frase, debido a la flecha que se incurstó en su brazo derecho - ¡Maldición! - rugió de ira.
- ¡Muy bien, Kagome! ¡Le diste! - se oyó la voz del pequeño Shippo.
- Si, pero no fue suficiente...
- ¡Maldita mujer! ¡Por eso odio a las sacerdotisas! Voy a matarte...
- ¡No la tocarás, engendro! ¡Viento cortante!
- ¡Inuyasha! - gritó Miroku, llamando su atención.
- ¡¿Qué quieres?!
- Ya lo tengo...
- ¡¿De que hablas?!
- ¡Inuyasha! ¡Tú y la señorita Kagome deben pelear juntos!
- ¿Qué?
- ¡Así es! ¡El viento cortante no puede solo, tiene que hacerlo con la ayuda de las flechas de la señorita kagome! ¡Sólo así lograran vencerlo!
- Entiendo... un ataque sincronizado - murmuró el hanyo.
- Inuyasha... - escuchó la voz de ella y volteó, encontrando en su rostro, la seguridad que necesitaba, por lo que asintió.
- Bien, hagámoslo.
- Jajajaj ¿y como piensan hercelo, par de idiotas? Les recuerdo, que soy más rápido que ustedes.
- Yo no estaria tan seguro - sonrió Miroku, poniéndose de pie, mostrándo su mano derecha.
- Maldito monje...
- ¡Ahora! - gritó el castaño - ¡Agujero negro!
- ¡Maldito! ¡No podrán ganarme! gritó con furia, preparando su ataque especial - ¡Hanyo! ¡Tú me obligaste a hacer esto! - miró al joven.
- No se que tramas, ¡pero no lo permitiré! ¡Ahora Kagome!
- ¡Si!
- ¡Viento cortante! - agitó su espada.
- ¡A él! - lanzó su flecha.
Una luz resplandeció en todo el lugar, al mismo tiempo en que ambos ataques luchaban en una batalla campal contra la energía maliga, despedida por Kontorõradēmon. Segundos después, aquella luz se intensificó, dejándolos ciegos por unos momentos, al mismo tiempo en que escuchabal el grito del demonio.
Todo se disipó, dejando ver que al yokai le faltaba un brazo y poseía quemaduras en todo su cuerpo, a duras penas podía moverse.
- Mal... malditos... ¿Cómo se atreven? ¡Bastardos!
- ¡¿Aún no se muere?! - chilló, asustado, el pequeño zorrito.
- No te preocupes, Shippo, me encargaré de enviar a este idiota al infierno.
Corrió en su dirección, con la intención de acabarlo con sus propias manos.
- ¡Maldito híbrido! ¡Este no es mi fin! - levantó su mano, pronunciando unas palabras que el hanyo no logró comprender.
- ¿Qué está haciendo? - murmuró Miroku
- ¡Es tu fin! ¡Garras de...! - no terminó la frase, ya que su cuerpo se inmovilizó.
¿Qué pasa? No puedo... no puedo, moverme,
- ¿Creiste que ibas a matarme?
- ¡¿Qué hiciste?! ¡Libera a Inuyasha! - gritó Kagome, lanzándole una de sus flechas, la cuál rozó una de sus piernas.
- Maldita... si tuviera las fuerzas suficientes, te mataría con mis propias manos.
- Pero si sólo te queda una mano... - pronunció el niño, al mismo tiempo en que el demonio le respondía con un rugido - ¡Ay mamasita! - se escondió detrás de la miko.
- Suelta a Inuyasha... ¡Ahora! - lo amenazó.
- ¿De verdad quieres eso? - sonrió, maliciosamente.
- Si.
- Bien... si ese es tu deseo... - movió su mano hacia ambos lados, pronunciando otra frase inteligible - ¡Yo... Kontorõradēmon... el demonio controlador... te libera de tu sueño, demonio!
Nadie comprendió nada, hasta que oyeron el grito desesperado del peliplata.
- ¡Inuyasha! - gritaron todos al unísono.
El hanyo cayó de rodillas, mientras más rugidos abandonaban sus labios
- Ahora sabrán... porque me llamó Kontorõradēmon... ¡serán devorados por su propio amigo! - comenzó a reir como un demente, mientras desaparecía lentamente - ¡Adiós, idiotas!
- ¿A dónde se fue? - preguntó Shippo.
- No lo sé... pero hay que ir con Inuyasha - Kagome estaba a punto de correr hacía él, cuando la voz de Miroku la detuvo.
- No vaya, señorita.
- ¿Qué? - lo miró - ¿Por qué?
- Inuaysha posee una energía demoníaca muy fuerte...
- ¿De que ha...?
No logró teminar la pregunta, ya que fue interrumpida por aquel rugido, el cual retumbó por todo el bosque.
- ¡INUYASHAAAAAAAA!
Continuara...
Si llegaron hasta aquí, muchas gracias :)
¡Hola mis amores! Como dije, este es mi primer fic, ¿cuántos capítulos tendrá? Aún no lo se jijiji.
Hacer esta historia, fue un reto para mi misma, asique tengan total confianza en decirle lo que les pareció, mis amores, estoy preparada para cualquier crítica jijiji.
Bueno, les dejo el dato del nombre del demonio: Kontorõradēmon.
Significa: Demonio controlador.
Este fic se esta realizando con la ayuda de Cbt1996, ya que es quién me esta ayudando con la ortografía :)
Y, también, de la gran artista, Hullo Yokai, ya que es ella quién me presto su bella ilustración, para la portada.
Eso es todo, espero que les guste y nos veremos en el próximo capítulo :)
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Inuyasha descontrolado
RomansaInuyasha y sus amigos se enfrentarán a un nuevo enemigo, por la perla de Shikon, sin embargo, en el medio de la batalla, Inuyasha pierde el control. ¿Qué harán sus amigos para traerlo de vuelta? pero, sobre todo, ¿Qué hará Kagome cuando vea que Inu...