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Soyeon creía que había ahuyentado a Yuqi después de las palabras de la noche anterior, en especial por el tono desesperado que no fue capaz de ocultar. Después de analizar la situación, se dio cuenta de que aquello había sido un arrebato desesperación, uno de los que solía tener luego de grandes periodos de ansiedad. Quería de cualquier forma que la china se acercara a la cafetería, pero aquello tal vez fue lo que hizo que durante ese día tampoco se haya presentado en el local.

De nuevo estaba cayendo la noche, pronto estaría totalmente oscuro y sería la hora de cerrar. Soyeon seguía bastante nerviosa, cosa que su amiga había notado, de igual manera que lo había hecho el día anterior, solo que hoy era más evidente.

—Oye, ¿De nuevo nerviosa? — preguntó al acercarse a la chica.

Quedaba poco tiempo para cerrar y un par de clientes más por atender, así que ambas debían concentrarse en su trabajo antes de poder volver a casa. A pesar de ello, Soojin quería indagar en todo lo que estaba pasando.

Por un momento, Soyeon decidió ignorar la pregunta y seguir contando los billetes que debía darle como cambio al chico que estaba atendiendo en ese momento, el último de la fila. Ella creía que ocultar sus palabras o sus emociones, haría que de alguna manera su preocupación se redujera, pero aquello era muy lejano a la realidad.

—Oye, te hice una pregunta. — insistió, lo cual terminó por llamar la atención de Soyeon.

Resignada a responder, Soyeon miró a los ojos de su amiga.  —Estoy preocupada, sí. Ayer hablé con Yuqi durante su turno en la tienda de conveniencia, terminé comportándome como una idiota solamente porque quería que ella viniera la cafetería y como puedes ver, no ha venido. — explicó aceptando aquella responsabilidad y culpa.

Soojin se sentía un poco decepcionada de ella. Realmente, nunca había visto a su amiga de esa manera por nadie, tal vez por alguna situación fuera de su control o en la universidad, pero nunca por una persona. Aquel comportamiento no era algo común en esa chica, pero sabía que había algo detrás de ello como para que pudiera comportarse así y ella quería indagar en ello.

—Hey, ¿Qué tiene Yuqi de especial que te hace comportarte así? Nunca te había visto de esa manera con nadie y me preocupa, Soyeon. — explicó. 

—Ni siquiera yo lo sé, Soojin. — admitió.  —Desde el primer día que la vi, algo extraño pasó conmigo. No sé, me llamaba la atención su mirada, tenía algo que simplemente me hacía querer entender qué le pasa. Me sentí desesperada por un momento y anoche fui a la tienda de conveniencia para hablar con ella por pura desesperación. 

—Hay muchas razones por las cuales no pudo haber venido, no tiene que ser necesariamente algo en contra de ti. Además, ¡Es un solo día! Puede venir mañana y eso lo sabes. — intentó hacerle entender, pues en este punto la chica se veía bastante desesperada y preocupada.

—No lo sé... — estuvo a punto de seguir hablando hasta que la campanilla de la puerta principal de la cafetería sonó, dando a recibir un cliente más y para suerte de la coreana, era esa cliente que tanto estaba esperando desde el inicio.

Yuqi entró a la cafetería y se dirigió directamente a la caja, lugar en donde ambas chicas seguían conversando detrás del mostrador. Se detuvieron y Soyeon decidió atender a la chica. Soojin se alejó, para atender otros clientes mientras les dejaba un momento a solas a ambas mujeres.

—Hola, Yuqi. — saludó con amabilidad, más sus preocupaciones seguían allí, pero intentaba ocultarlas de la mejor manera.

—¿Tienes algún café colgado? — preguntó directamente, incluso sin saludar antes. Aquello tomó por sorpresa a la coreana, pero decidió atenderla como tal vez ella quería que le hiciera, como a una persona común sin ningún trato especial.

𝑪𝒂𝒇é𝒔 𝑪𝒐𝒍𝒈𝒂𝒅𝒐𝒔 » 𝘠𝘜𝘠𝘌𝘖𝘕Donde viven las historias. Descúbrelo ahora