111 18 2
                                    

Después de que Yuqi recibió la alerta de que había recibido su primer pago después de una semana de trabajo, pensó que quería intentar nuevamente darle algo de dinero a la coreana para compensar su estadía en su hogar.

Esa mañana decidió levantarse temprano, era lunes, por lo cual tenía entendido que Soyeon partiría al trabajo a las ocho de la mañana. 

Colocó una alarma en el reloj que reposaba en la mesa de noche y una vez el odioso sonido hizo presencia en la habitación, se levantó de la cama y se apresuró. Tomó su cabello en una coleta y limpió su cara con agua fría, prefirió salir en pijamas, pues quería asegurarse de que la coreana no se fuera antes de poder darle el dinero. 

Tomó el sobre con el dinero que había preparado el día anterior. No era mucho, pero creía que era lo mínimo que debía hacer, al menos para hacerle entender a la coreana que no quería estar viviendo esa casa gratis. 

Caminó con pasos pequeños a la cocina, donde presumía que estaba Soyeon luego de que fue capaz de oler el aroma del café y de la comida del desayuno. 

La encontró desayunando sola mientras miraba su teléfono.  —Buenos días. — saludó.

—Oh, ¿Yuqi? Buenos días. — saludó de vuelta, estaba algo impresionada por la hora en que la china estaba despierta.  —¿No deberías estar durmiendo para tener energías para trabajar por la noche? 

—Hm, supongo. Es que desperté temprano porque quería darte esto antes de que te fueras. — dejó el sobre encima de la mesa, a lo que la chica lo tomó con curiosidad y lo abrió. 

Al darse cuenta de que era dinero, miró a la china con una mirada de "¿En serio?" y dejó el dinero de nuevo en el sobre y se lo regresó. 

—Ya tenemos un trato, ¿lo olvidaste? — sonrió. 

—Sé que tenemos un trato, pero creo que no es justo para ti. — insistió. 

—¿No es justo para mí? — repitió la frase a modo de pregunta, la miro a los ojos.  —¿Te parece justo que tú debas regresar a la calle? Es lo menos que puedo hacer por ti. 

—Pero, ¿Por qué sientes una responsabilidad por mí? — preguntó, quería una respuesta con sinceridad.  —Digo, me das mucha ayuda cuando llegué a tu vida de forma casual hace poco más de una semana. Realmente, lo justo sería que yo te pague. 

—Yuqi. — la llamó, la china levantó su mirada, apartándola del sobre y observando a Soyeon.  —Tú necesitas más el dinero que yo, además, tú misma dijiste que la vida no es justa, así que sé coherente y acepta tus propias palabras, deja que la vida sea un poco injusta conmigo y un poco más justa contigo. 

Yuqi sentía que no podía hacer nada en contra de aquella lógica.

Soyeon volvió a retomar la conversación luego de unos segundos de silencio. 

—Cómprate una chaqueta nueva con eso, así te podrás cubrir mejor del frío, ¿Te parece? — ofreció.  —Hazlo y lo consideraré como pagado. 

—Pero... ya tengo una chaqueta. — exclamó con tristeza. 

—Una nueva. — reiteró. 

—No... no puedo, no puedo cambiar mi chaqueta. Puede que esté algo rasgada, pero no la puedo cambiar. — exclamó.

Soyeon no terminaba de entender el porqué de su insistencia con el tema de la chaqueta, pero suponía que tendría algún valor sentimental que terminaba en ser su razón de querer conservarla. 

—Bien. — lo aceptó, no tenía mucho conocimiento del tema, así que no insistiría más.  —Estos próximos días, según el pronóstico, serán días lluviosos, ¿Qué dices si compras un paraguas? — ofreció. 

𝑪𝒂𝒇é𝒔 𝑪𝒐𝒍𝒈𝒂𝒅𝒐𝒔 » 𝘠𝘜𝘠𝘌𝘖𝘕Donde viven las historias. Descúbrelo ahora