El domingo había llegado para ambas chicas, el momento que durante la semana ambas mujeres podían descansar luego de una larga semana de trabajo; también, a partir de ese domingo, sería el día donde más compartirían tiempo, gracias a que el resto de los demás seis días estarían ocupadas por culpa de sus muy distintos horarios de trabajo.
Como habían acordado hace apenas un día, había caído la noche y era el momento en el que Yuqi haría la cena, como parte del trato al que habían llegado.
Soyeon veía televisión a unos metros de distancia, sentada sobre el sillón, mientras detrás de ella, la china averiguaba como sentirse cómoda mientras cocinaba en una cocina que no era suya, además de adaptarse a toda esa nueva situación llamada "vivir con Soyeon".
El sonido de los dibujos animados que veía la coreana llenaba el ambiente de aquella casa silenciosa. Los gritos de las batallas épicas en la televisión contrastaban del silencio que provenía de la cocina, donde Yuqi estaba intentando hacer las cosas por sí misma.
Por su parte, Soyeon se moría por ayudar a la china. Sabía que podría ser un poco incómodo cocinar en un lugar al que no estás acostumbrado, pero creía que ella podría arreglárselas y en el caso de necesitar ayuda, ella no se lo negaría. No la dejaría a su suerte, pero le permitiría el intento de adaptarse por sí misma.
Yuqi pensaba en hacer arroz y vegetales, pero el primer paso era tener los ingredientes a la mano, y aquello era algo difícil cuando la coreana tenía una despensa, otros contenedores donde separaba la comida, otro gabinete a un lado y ni hablar del refrigerador doble. Básicamente, eran muchos lugares en donde buscar los diferentes ingredientes, a diferencia de la cocina de su tío, donde apenas tenían un viejo refrigerador y una despensa.
Después de unos minutos y aprovechando que Soyeon estaba concentrada en sus dibujos, revisó los cajones y lugares donde podría estar la comida. Se estaba conteniendo para no preguntar, quería hacer las cosas por sí misma y eso intentaba.
Encontró el arroz y un par de vegetales, pero eso no era suficiente para cocinar lo que tenía pensado. La coreana seguía concentrada en lo suyo y le apenaba preguntar, pero como si fuera producto de una conexión por telepatía, Soyeon se giró y la miró.
—Si necesitas ayuda, sabes que puedes preguntarme. — le recordó, lo que cayó como anillo al dedo a la china, quien aprovechó aquella oportunidad para preguntar.
—Eh, sí. ¿Me puedes decir dónde están los pimientos? ¿Tienes ajos? — preguntó con timidez.
—¿Llevas buscándolos un rato? No pasa nada con que me preguntes donde están las cosas, apenas estás adaptándote. — explicó con delicadeza.
La coreana se levantó y caminó hasta la cocina, abriendo el refrigerador y mostrándole a Yuqi. —Aquí están los pimientos y en este envase hay ajos en aceite, los conserva y les da más sabor. — explicó aquel pequeño truco mientras Yuqi la veía con atención.
Caminaron juntas a otra parte de la cocina. —Aquí están las especias, hay sal y pimienta, por este lado hay curry. — giró el especiero y le mostró los demás envases. —Y aquí, hay cúrcuma, algo de albahaca y paprika.
Yuqi miraba con atención las indicaciones, Soyeon podía creer que la china estaba haciendo una lista mental con todas las indicaciones que le estaba dando en ese momento.
—Pensaba en hacer arroz con vegetales, pero pensándolo bien, ¿Te gusta el Pajeon? ¿Y el Bulgogi? Es mi cena favorita, mi tío se cansó de comerlo por mi culpa, pero a mí me sigue gustando. — explicó graciosa, a lo que Soyeon asintió.
—Me muero por probar tu comida, Yuqi. — sonrió y se acercó a la alacena. —Aquí están los huevos y la harina de trigo. ¿Puedo ayudarte? Digo, para que te acostumbres a cocinar aquí, luego puedes hacerlo sola.
ESTÁS LEYENDO
𝑪𝒂𝒇é𝒔 𝑪𝒐𝒍𝒈𝒂𝒅𝒐𝒔 » 𝘠𝘜𝘠𝘌𝘖𝘕
FanfictionJeon Soyeon servía el café del desayuno de sus clientes con una sonrisa. Song Yuqi, solo buscaba sin rumbo cuál era su destino, incluso cuando la vida se le escurría de las manos. Lo que ninguna de las dos sabía, es que un café caliente en una maña...