Cuando la mañana arribó y el sol volvió a asomarse por la ventana, ambas chicas seguían envueltas por las sábanas, abrazadas mientras esperaban a que el sueño abandonara su cuerpo, algo que parecía, pronto pasaría.
Ambas estaban agotadas, especialmente Yuqi, quien seguía un poco conmocionada por todo lo que había pasado el día anterior. Se sentía más tranquila, aquellos deseos negativos que la habían controlado durante su fallido intento habían desaparecido, al menos mientras sentía a Soyeon cerca de ella.
La coreana sabía que los pensamientos negativos de la chica que abrazaba no la abandonarían tan fácilmente. La mente de la china es un lugar donde es difícil vivir y sabía que debía ayudar a Yuqi a aprender a sobrevivir allí.
La china se giró, teniendo a Soyeon delante de ella. Ambas, por fin, abrieron los ojos después de sentir que el sueño y el cansancio las comenzaban a abandonar.
—Buenos días, dormilona. — saludó con entusiasmo.
—Buen día, Soyeon. — respondió con una sonrisa, seguida de un bostezo largo y sus manos limpiando sus ojos.
Soyeon rio ante la acción. —¿Sigues cansada? — preguntó.
—Si soy sincera, sí. — sonrió. —Tu cama es muy cómoda, me da ganas de estar aquí todo el día, aunque comienzo a tener hambre.
—Mejor vamos a desayunar, ¿Qué te parece? — ofreció, a lo que la china asintió.
Caminaron hasta la cocina, donde decidieron cocinar huevos y tostadas, tal vez no era algo muy tradicional, pero era algo rico y simple para desayunar lo más rápido posible. Sacaron los ingredientes y cuando ya tenían todo listo sobre la mesa, decidieron conversar para llenar el silencio de la mañana en el hogar de las chicas.
—¿Pasaste bien la noche? — preguntó Soyeon, llamando la atención de la chica que batía los huevos en un bowl.
—Sí, aunque... Tuve una pesadilla en medio de la noche, desperté y tú seguías dormida abrazada a mí y eso me tranquilizó, después pude volver a dormir tranquilamente.
—Oh, ¿Y qué soñaste? — preguntó preocupada, podía imaginarse de qué se trataba.
—Soñé que... Lograba caer al vacío. Tú no estabas, simplemente caí y cuando estaba a punto de golpear contra el suelo, desperté. — contó con voz temblorosa, parecía que había sido un muy mal sueño.
—Por suerte, solo era un sueño. — comentó con tranquilidad. Se acercó a la chica, abrazándola desde su espalda. —No hay de qué temer, estoy aquí para protegerte. — la besó en el hombro descubierto por su camiseta sin mangas.
Yuqi no pudo evitar sonreír ante el gesto. El mal trago de la pesadilla se había reducido a cero una vez sentía a la coreana de cerca nuevamente, pues ella le regalaba aquel sentimiento de seguridad que tanto necesitaba.
Soyeon se alejó, dispuesta a seguir cocinando, aunque la mañana seguía siendo algo oscura debido al mal tiempo que se avecinaba, teniendo el sol oculto entre las nubes.
—Abriré las cortinas del balcón para que entre algo de luz, espérame aquí. — anunció, a lo que la china asintió.
Caminó hasta el balcón, donde las cortinas seguían medio abiertas. Las tomó y las movió, permitiendo que la poca luz que aquel día lluvioso aportaba entrara a través del cristal de la puerta del balcón.
Cuando realizó aquella acción, no pudo evitar sentir náuseas y un vacío en su estómago ante los recuerdos del día anterior. Sabía que si a ella le afectaba, para Yuqi sería peor, por eso lo mínimo que podía hacer, era mantenerse serena y fuerte ante ella.
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𝑪𝒂𝒇é𝒔 𝑪𝒐𝒍𝒈𝒂𝒅𝒐𝒔 » 𝘠𝘜𝘠𝘌𝘖𝘕
ФанфикJeon Soyeon servía el café del desayuno de sus clientes con una sonrisa. Song Yuqi, solo buscaba sin rumbo cuál era su destino, incluso cuando la vida se le escurría de las manos. Lo que ninguna de las dos sabía, es que un café caliente en una maña...