28- 𝑬𝒏𝒋𝒐𝒚𝒊𝒏𝒈 𝑻𝒉𝒆 𝑵𝒊𝒈𝒉𝒕

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EL REY SE QUITA SU CORONA DEJANDOLA SOBRE la almohadilla de especial que le dejaron para que descanse, como si el objeto tuviera vida. Mira hacia su cama vacía en perfecto estado y no puede evitar sentirse solo.

Su pequeño Daeron suele ir a sus aposentos antes de dormir para poder conversar un poco y luego hacer una guerra de cosquillas, aunque Aelyx siempre gana. Blackfyre está apoyada en su respectivo mueble, se sentía un poco nostálgico al extrañar su antigua espada que ahora es de su heredero.

—Majestad —se adentra una sirvienta seguida de unos tres hombres y cuatro mujeres —¿Desea que le preparemos la bañera con agua caliente?

—Si, por favor.

Empieza a ver como los hombres mueven la tina de metal haciendo que quede debajo de una pequeña fogata para calentar el agua que van trayendo ya hervida en grandes jarrones. Recuerda como su padre y Otto Hightower lo llamaron lujurioso por mandar a hacer una tina enorme para unas 4 personas.

Acordarse del enemigo de su tío y querido amigo de su padre le revuelve el estómago. Se sienta en uno de los sillones de piel de dragón pensando con quien puede comprometer a su hijo Maekar. Le gustaría haber tenido una niña con Rhaenyra para comprometerla con Maekar, pero los dioses no lo quisieron así.

Los Velaryon insisten de manera gentil que Maekar y Baela serían una excelente pareja, y los Hightower insisten mediante Gwayne que Helaena sería una reina tan gentil y única que todos amarían. Le encantaría que su primera hija fuera reina, pero eso sería llevar la sangre Hightower al trono y podría crear una guerra de poder entre los Velaryon y Hightower.

Ama a sus niños con Rhaenyra, pero si tan solo hubieran sido niñas... No, se dice a sí mismo en su mente, no hay que ser codicioso. El destino obra de maneras misteriosas, pero todo se acomoda con el tiempo.

Las puertas de sus aposentos se abren y mira pensando que la servidumbre ya termino, pero es Rhaenyra junto con Laena. Ambas usan un albornoz para cubrir sus cuerpos en esa noche fría.

—Esposas, que gusto verlas.

—Pueden retirarse, nosotras nos encargamos ahora —dice Rhaenyra a la servidumbre.

Los sirvientes hacen una reverencia y se retiran de los aposentos cerrando la puerta detrás de ellos. Escuchan como los guardias juramentados de cada uno se pone en posición detrás de la puerta.

—Lamento decirles que si han venido para que las deleite con mi cuerpo quedarán decepcionadas —avisa Aelyx acercándose a la tina—Estoy muy cansado.

Empieza a desabrochar su armadura con un poco de dificultad a lo que Rhaenyra se acerca a ayudarlo con una suavidad única.

—Solo venimos a hacerte compañía, podemos dejar la diversión para otro día —responde Laena acercándose a ellos, pero pasa de largo para comprobar el calor de la tina —Está muy caliente el agua.

—¿Pero está hirviendo?

—No.

—Lastima.

Laena le da una mirada a Rhaenyra y niega. Ambas sabían que los maestres no recomiendan bañarse con esas temperaturas en su estado.

—¿Cuántas capas de armadura llevas, amor? —pregunta Rhaenyra dándose cuenta de que por más partes de armadura que retire, hay una capa de cota de malla debajo más un cuero muy duro.

—Lo normal.

Laena se agacha para empezar a quitar la parte baja de la armadura, quita el cinturón y deja caer los pantalones revelando la capa de cuero cubierta de cota de malla. Empieza a quitarlo un poco desesperada, pero luego Rhaenyra la ayuda y pueden hacerlo más rápido.

The Last's Valyrian Dynasties -HOTDDonde viven las historias. Descúbrelo ahora