Esto es un What if? de the house of the Dragon, principalmente debo informar que hay muuuucho hate hacia los Hightower que conocemos, porque la verdad es que me caen mal y si por mí fuera los estaría quemando cada dos por tres, aceptó críticas y si...
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Rhaenyra Targaryen era la primogénita y heredera al trono de hierro de Viserys Targaryen, una joven de exquisita belleza y demás, amada por su madre biologica, adorada por su madre adoptiva y sus hermanos, el reino la amaba, los únicos que no estaban contentos con ella eran los Hightower, la mano del rey y sus hijos trataban constantemente de menospreciarla delante de todos, incluso habían manipulado a sus hermanos, llenarlos de prejuicios y demás, querían que la odiaran y hubieran llegado a eso de no ser por Rhaella, la reina Rhaella Targaryen, una mujer de envidiable belleza y numerosas virtudes que la hacían la reina perfecta.
La heredera al trono se encontraba caminando por la fortaleza roja cuando alguien la tomo de uno de sus brazos y la arrastró a una habitación, era el principe Aegon, el joven se había dedicado a molestarla con cosas muy simples, usualmente solo con palabras algo tontas al parecer de la hija mayor del rey.
- La gente normal simplemente te habla - se burló.
- Soy una persona normal - dijo el platinado - Y no quería hablarte, solo venía a molestarte un rato.
- No me digas que me extrañabas ya - molestó ella y él negó rápidamente sonrojado.
- C-claro que no - masculló entre dientes.
- Entonces ¿Por qué estás tan nervioso hermanito? - inquirió ella.
- No estoy nervioso - contradijo.
- Si lo estás, es por eso que no te acercas, temes perder el control - se burló una vez más la platinada pero está vez acercándose a él mientras el muchacho retrocedía hasta llegar a caer en la cama apoyándose en sus codos.
- Acabo de demostrarte que no es así - dijo en un intento fallido de ocultar algo.
- De hecho no, solo me estás mostrando que me quieres - comentó ella.
- Por supuesto, eres mi hermana - murmuró.
- Oh, no hermanito, no esa clase de sentimiento, tú me deseas - le dijo subiéndose en él, logrando sentír su erección.
- Rhaenyra - jadeó el muchacho llamándola.
- Dime, Aegon - atendió ella con una sonrisa seductora.