Thomás

12 1 0
                                    

Perdóname Thomás, sé que me amabas, nunca dije nada, en fondo no quería perder tu amistad, ahora solo se cumplió mi más temible miedo, tu ausencia se hizo presente aunque me haya aferrado a ti, pero no cómo tú querías, eres un chico de simpatía eléctrica, no sabes lo que extraño ver tu sonrisa a diario, perdóname por amarte a destiempo.
Thomás, ojalá la vida fuera tan sencilla como  cuando reímos sobre tontos garabatos que dibujabamos en primaría, sí me vieras, no me reconocerías, escribí tantas páginas sin ti, cuando eso antes era imposible, eras mi complemento, me culpo cada día por haberte amado cuando el guión cambió, en el que cuál un "nosotros" jamás existirá.
¿Egoísta será querer cambiar el guión, el tiempo?
¿Podrás entender que duele catastróficamente vivir sin ti?
Thomás, éramos niños desconociendo el significado de amar, aunque tú lo hiciste primero, perdóname, porque yo todavía seguía conociéndome, encontrándome, estábamos a océanos de distancia, tú volabas con la majestuosidad de un albatros, yo solo me tambaleaba por el suelo tratando de luchar con mis inútiles alas, en ocasiones solo queda aceptar cuando te quedas tan atrás.
Perdóname Thomás, nunca fuiste tú, solo he sido yo, enredado en alambre de púas, preso de mis demonios, de mi sentir, siempre has sido mi fiel compañero, desde los cinco años, pero hemos crecido, entendimos que las promesas rara vez se cumplen, jamás hubiera pensado que con quién hubiera imaginado, un matrimonio, mi vida, esté actualmente tan alejado de mis días.
¿Entiendes qué religiosamente te dedique un cuarto de mi vida con intenciones de eternidad?
¿Será adecuado o correcto al menos darte un saludo cordial o es mejor aceptar que eres un desconocido del cuál conozco tanto?
Perdóname Thomás, ya estoy en otro capítulo de mi vida, crecí, seguí, sé aceptar que jamás serás mío, entendí que un "nosotros" jamás podrá existir, ahora es otro quién alegra tus días, quién conoce tus nuevas malas costumbres, tus adorables malos chistes, ya tienes a alguien a quién iluminarle la sonrisa, entiendo que un final feliz no siempre existe, al menos para mí.

Las Paredes Del Departamento Desbordando Amargura, Poesía Enferma De Nostalgia Donde viven las historias. Descúbrelo ahora