7. Privilegios esponjosos

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Un puchero adornaba mi rostro, tenía ganas de saltarme una clase pero luego del ultimátum de ese prefecto cara de nabo, lo mejor era no arriesgarme a perder puntos para la casa.

Cuando Evelynn mencionó que había sido Charles quien había perdido los puntos, creí que sería el inicio de una maravillosa amistad; pensé que me ayudaría cubriendo mi error y despostaría la atención... pero no, habló todo lo que quiso sabiendo que me traería consecuencias negativas, «por eso nadie te habla, caes mal.»

— ¡Camila! —una alegre y conocida voz me llamó a mis espaldas, sentía como se estaba acercando por el sonido que producían sus pasos sobre la tierra— Me alegra tanto haberte encontrado, escuché lo que dijo esa perra de Evelynn...

Me sobresalté cuando escuché esa expresión para nada "family friendly"— ¡Lily! —reprendí— No digas esas palabras, ¿que pensarían tus hermanos... o tu papá?

Escuché su risilla traviesa— James me dijo que podía decirlo, ademas, nadie más me escuchó —la miré en silencio y su expresión llena de energía cambió rápidamente a una más apagada—. ¿Estás bien?

Suspiré y negué— Me siento traicionada, lo peor es que ni la conozco bien... tú tampoco deberías conocerla bien, no te ha hecho nada malo como para que le digas así.

—¡No la defiendas! —se quejó sentándose a mi lado—, me agradas, ¡nos! agradas, mejor dicho... mucho; así que cualquier persona que te moleste, automáticamente se gana mi enemistad. —explicó con su pecho inflado de orgullo, digno de un Gryffindor.

Tengo suficiente espacio en mi corazón como para adoptar a otra hermana, aunque no sea de sangre. Lily y yo nos tomamos cariño durante el verano y las visitas que hice en la casa de los Potter, no tengo quejas; es una persona maravillosa... aunque muchas veces se ve influenciada por James... no es el mejor ejemplo a seguir que haya podido escoger, pero tampoco es el peor.

Le di una sonrisa y asentí agradecida— Muchas gracias, me siento querida —Lily asintió con emoción—. Si, nos ha tratado muy feo Evelynn... al parecer no soy la única que ha tenido problemas con ella; pero es que su perspectiva sobre si misma creo que también influye a que sea así.

Lily me miró confundía— ¿Perspectiva? —preguntó con lentitud— ¿Te lo ha comentado?

Asentí— Si, más o menos... se cierra en si misma porque no cree ser lo suficientemente "buena", creo que es más su autoestima que otra cosa.

—¡No la sigas defendiendo! —se quejó nuevamente— No le saques excusas a sus groserías —sonreí, no puedo evitar contagiarme de su alegría y palabras bien fundamentadas—, me exasperas cuando lo haces.

Amplié mis ojos ante esa palabra rebuscada— "exaspera", ¿si quiera sabes lo que significa?

—No, pero suena dramático —ambas nos miramos un momento antes soltar una carcajada por su respuesta, esta chica no lo sabe, pero es mi nueva hermana—. Te hice reír, cumplí mi objetivo principal.

—Gracias, te lo agradezco mucho... esa perra me hizo venir a llorar al patio —asentí aceptando que no podía llevarme bien con todos.

Por un momento pensé que la maldición Thompson seguía, pero recapitular que no había sido la única en tener problemas con ella, era algo que me daba alivio... ojalá fuera así con la profesora Laura.

—¿Que significa perra? —preguntó Lily con bastante curiosidad.

—Es "perra", pero en español —explique con calma.

Una sonrisa maligna dibujó el rostro de la pequeña, quien volvió a dejar su rostro tranquilo unos segundos después... no se si habrá sido buena idea proporcionarle esa información.

El juego de los espejos (ULEH #2) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora