1. ¡Me estoy mentalizando!

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—Entonces... ¿podrías explicarme el porqué estás subiendo un video a internet? —preguntó Javier, quien me observaba mientras mordía una galleta.

Suspiré. Papá había venido a los estados juntos a hacer sus cosas que le generan dinero (cosas desconocidas por mi), originalmente vendría solo y se quedaría en un hotel... sin embargo mi madrastra (mujer astuta) le amenazó con que trajera a uno de sus hijos con el; papá (hombre astuto), tomó la decisión de dejar a Javier al cuidado de mi hermana mientras él iba un momento a hacer sus cosas.

Ese "momento" se convirtió en 50 horas (aproximadamente).

—¿Recuerdas a mi amigo Albus? —le pregunté en respuesta.

—Ah, si... tú amigo —frunció la nariz al terminar.

—¿Recuerdas que su papá es Harry Potter?

—¿Quién no recodaría algo como eso? —comentó obvio, con una sonrisa.

—¿Recuerdas esa escena en la estación King's Cross? —asintió lentamente, esperando mis siguientes palabras—... bien ¿y recuerd...?

—¡Camila, si recuerdo! —me interrumpió.

—No me grites —protesté despegando la vista de la pantalla para mirarle—, ¿cómo podría saber que recuerdas si no te lo pregunto?, podrías haber olvidado algo tan simple ¡o aún peor! —salté en mi lugar—... alguien podría haberte borrado la memoria.

Vale, tal vez me haya quedado un poco de trauma con respeto al incidente con el profesor Crull.

—Tu necesitas terapia —murmuró desviando la mirada, tratando de ocultar su deje de preocupación.

—No necesito terapia, ademas, ¿qué se supone que le diga al terapeuta?

—Camy, hay terapeutas que son magos...

—En fin —solté, evitando que continuara hablando, y, en consecuencia, me respondiera lanzándome un cojín a la cara— ¡Javier! —chillé.

—Estás muy insoportable últimamente... estos 13 años no te han sentado bien —se cruzó de brazos y suspiró—, no se que te está pasando... —fruncí el entrecejo y volví mi vista a la computadora... Javier pareció removerse en su asiento y luego procedió a hablar— ¿y entonces?, ¿qué decías del señor Potter?

Me golpeé mentalmente, ¡lo había olvidado!, ¡necesitaba alinear mis chakras! y dejar mi orgullo de lado para ir a terapia — Bueno... cuando James me hizo quedar mal enfrente de su padre y me tuve que ocultar tras la careta de una "youtuber", pensé que todo terminaría ahí.

—Mentir nunca tare nada bueno —comentó mientras tomaba otra galleta.

—Hace días —continúe— recibí una carta de James donde me invitaba a su casita unos días, así que debido a mi pequeña mentira —observé cómo mi hermano negaba con la cabeza—... he tenido que inventarme una coartada.

—¿Y ya papá sabe que irás?, ¿te dijo que si?

—Bueno... —vacilé con una sonrisa nerviosa.

—Camila... —sus cuerdas vocales pronunciaron mi nombre lentamente, advirtiendo que algo pasaba.

—Lo importante es que no quedaré como una mentirosa.

El juego de los espejos (ULEH #2) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora