Capitulo catorce: the smallest man who ever lived

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"No estuviste a la altura en cualquier medida de un hombre"






-Puedes hacerlo ¿sabes? -acaricia mi brazo- es solo un niño y tu eres toda una mujer, no va a ganarte

-Estoy aterrada -murmuro- no quiero verlo, Blake

-Yo tampoco quiero verlo B -niega- voy a patearle las pelotas, pero si no lo haces ahora no lo harás nunca

-¿Te quedarás cerca?

-Siempre -me abraza- no estás sola, lo prometo

Tomo aire y lo suelto de golpe, doy una última mirada a Blake y bajo del auto

-Eres fuerte y puedes con esto -digo para mi misma- no te acobardes ahora

Avanzo hasta el elevador del subterráneo y marco el piso del que solía ser mi hogar, una vez que llego hasta el salgo de elevador y me dirijo hasta la puerta de Scott y presiono el timbre. Uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis segundos después se abre la puerta y es cuando finalmente lo veo

-Belleza -dice sorprendido- no esperaba verte aquí pronto

-Algunas de mis cosas siguen en este lugar aún y las necesito -respondo decidida- ¿por qué? ¿Interrumpo algo importante?

-No...no es eso es que...

-Solo vengo por ellas y me iré -lo interrumpo- no quiero hacerte perder el tiempo

-Belleza nunca lo harías -niega- ¿por qué no utilizaste tu llave?




"Y ni siquiera te quiero de vuelta, solo quiero saber si oxidar mi verano chispeante era tu objetivo. Y no extraño lo que tuvimos"




-No es mi casa y no debería porqué hacerlo, eso seria invasión a la privacidad ¿lo sabes no?

-Es tu casa y puedes entrar siempre que así lo desees -dice molesto

-No lo es -cruzo mis brazos contra mis pechos- ahora ¿me dejarías pasar por favor? Solo vengo por esto y me iré de aquí de una vez por todas

-Belleza...es que no lo entiendes...

Entrecierro mis ojos y lo empujo para poder adentrarme a ese lugar, al hacerlo veo como todo estaba redecorado salvo el rincón que usaba para escribir mis canciones cerca de la ventana, ese se mantenía igual

-Vaya -digo irónicamente- veo que redecoraste el lugar

-No había mucho con lo que trabajar luego de que te fuiste -responde molesto

-Más de la mitad de lo que estaba en este lugar era mío y no iba a dejarte nada de lo que me pertenece

Baja la mirada y volteo hasta la cocina luego de percibir cierto olor

-¿Estas cocinando? -pregunto sorprendida

-Si...es que...

-Wow -ironizo- nunca cocinaste para mi, veo que hay más de lo que no dejaste que viera

Él solo niega y se mantiene en silencio por lo que procedo a avanzar hasta la habitación donde había dejado dos maletas que contenían lo último que marcaba mi presencia en este lugar.
Al pasar por la que fue nuestra habitación sentí un ápice de nostalgia que preferí ignorar y avance hasta la sala, una vez ahí mire el lugar por ultima vez deteniéndome en el perchero cercano a la puerta y veo un abrigo que jamás le había visto antes pero al que no le tomé mayor importancia

-Bueno -digo cuando lo veo acercarse a mi con una pequeña caja en sus manos- creo que eso es todo

-Esto también es tuyo si así lo deseas -me extiende la caja- los hice para ti y me gustaría que los conservaras

The Great War | Carlos Sainz Jr (pronto a reeditar)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora