«Seven Seas Of Rhye»

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Valentina

- La puta madre. - Susurré al ver la hora. 8:30am, iba a llegar tardísimo. Me levanté de golpe y me dirigí al baño corriendo literalmente.

Me encerré en el baño y quite toda mi ropa rápidamente, abrí la llave de agua caliente y esperé que está se nivelara con el agua fría.

Mi novio no me despertó, aunque estaba bastante dormido también. Simplemente que él se iría a trabajar un poco más tarde que yo.
Para empezar, él trabajaba de Ingeniero Eléctrico.
Y normalmente no se levantaba tan temprano.
Recuerdo que nos habíamos conocido en la facultad, teníamos ambos unos diecinueve o veinte años. Llevamos unos cuatro o cinco años. Bastante diría yo.

- Damián, levantate. - Sacudí a mi novio después de salir de la ducha. - Damián. - Volví a sacudirlo.

Él fue abriendo los ojos con lentitud y cuando por fin estaba en sus cinco sentidos (o eso parecía) le pude decir.

- Faltan unos 15 minutos para las nueve. - Damián abrió aún más los ojos y echo un suspiro.

- Perdón, me quedé dormidisímo y me re perdí. - Se sentó en la cama y me dio un poquito rápido para que luego él se dirigiera al baño.

Lo ví retirarse y baje a la cocina para preparar algo para los dos. Estaba pensando en si hacer un omelette aunque me salgan de la mierda o algo más sencillo.

Me arriesgué a la primera opción y milagrosamente no me salieron mal. Mi novio bajo por fin las escaleras y ya estaba vestido con formalidad, como siempre. Solo le faltaba el blazer y listo.

- Hermoso que sos. - Le dije abrazándolo y dejando un beso en sus labios.

- Como vos, hermosa. - Me correspondió el beso y el abrazo.

- Ahora no me salieron mal. - Señalé ambos platos con el respectivo omelette en cada uno. Él me miró divertido y me sonrió con orgullo.

- Muy bien - Me dió un beso en la sien. Nos sentamos y nos apresuramos a comer. Al parecer a Damián le había gustado mucho ya que me pidió por favor que le hiciera otro y así hice.

- ¿Te gustaron? - Le pregunté mientras le entregaba el segundo plato.

- Si, obvio. - Me respondió con una sonrisa de oreja a oreja. Terminó su desayuno más rápido y corrió al segundo piso para cepillarse los dientes. Lavé las vajillas lo más rápido que pude. Después de unos minutos más el volvió a bajar, está vez ya tenía su blazer puesto. Esa camisa celeste contrastaba muy bien con esos ojitos tan azules y el pelo castaño ligeramente claro.

- ¿Me podés decir si traigo algo en el cuello?. Me re pica - Me preguntó para después voltearse dándome la espalda. Obviamente no le veía un carajo, él es mucho más alto que yo. Bastante diferencia hay entre 1.59 y 1.83.

- No veo nada. - Le dije y él se siguió rascando en ese lugar. - Sentate y ahí veo que onda. - Le pedí y el accedió, se sentó en una silla y ahí por fin pude ver y tener más acceso a su cuello. - A parte de pecas y lunares no te veo nada. Tenés un poco rojo, pero creo que es por qué te irritaste de tanto rascarte. - Le dí un pequeño golpe en la cabeza haciendo que soltará una risita.

- Bueno, gracias entonces. - Se acerco a mí para dejarme un beso. - Me tengo que ir ahora sí. - Tomó mi cara entre sus manos. - ¿Querés que te lleve a tu primer día de trabajo?. - Me preguntó, se veía más emocionado que yo por eso.

- Es una entrevista, no es el primer día, Damián. - Replique y él me sonrió nuevamente.

- ¿Querés que te lleve si o no? - Asentí ante la misma pregunta de antes. - Bueno, vámonos ya. - Tomamos nuestras cosas y subimos al pequeño auto que habíamos comprado. Era de ambos pero casi siempre lo usaba él, aunque posiblemente, si me quedo con el trabajo no sabría cómo ir y venir de un lugar a otro sin auto.

𝐆𝐨𝐨𝐝-𝐨𝐥𝐝 𝐅𝐚𝐬𝐡𝐢𝐨𝐧𝐞𝐝 𝐋𝐨𝐯𝐞𝐫 𝐁𝐨𝐲 / ᴄʜᴀʀʟʏ ᴀʟʙᴇʀᴛɪ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora