57-Dia duro y celos

39 3 0
                                    

Día duro y celos.

Elena Richards.

Han habido momentos en que mi jefa se ha quedado hasta bien entrada la noche, una que otra vez se ha tenido que quedar a dormir con nosotras, lo que yo no sé ahora es porque Damiano tiene que hacer lo mismo.

Todo el turno anterior se fue y el turno de oficina a las seis de la tarde ya estaba saliendo, a excepción de mi jefa y Damiano, no han salido de la oficina, han traído almuerzo en delivery según sé y la cena va por el mismo camino, porque ver qué no salen es lo que me indica.

No me puedo sentir más incómodo aún, porque Damiano sigue aquí y está encerrado con ella, no conforme aún me queda poco menos de una hora y yo se que no se ha ido porque yo estoy aquí o eso quiero creer, pues el escritorio donde está sentado es donde están las cámaras y me puede estar checando a todo momento, por lo que a recibir una llamada de Gaby a eso de treinta minutos para salir la contesto sin tanto miramiento.

—Hola Gaby, dime —Estoy anotando mi cuadre de caja para no perder tiempo y no salir tarde.

—¿Quieres que vayamos a comer? Te recojo en un taxi frente al hotel, sales por la puerta principal —Propone.

—No me parece mala idea, necesito distraerme a como de lugar. ¿A donde vamos? —Le pregunto sin dejar de anotar y estar pendiente de absolutamente todo. Parezco una máquina.

—Vamos por comida china, mi amigo también viene ¿Querías conocerlo no? —Sonrío de inmediato, porque me doy cuenta que lo que busca es levantarme el ánimo.

—¿Él también irá? —Me río y ella igual —. De acuerdo, salgo a las ocho, te espero en la entrada principal.

—Muy bien, nos vemos en treinta minutos —Le cuelgo y me río, pero agradezco mucho que haga éstas cosas.

Gaby merece a una linda persona en su vida, trabajar en una empresa de arquitectura como que es un poco complicado, ella es arquitecta pero en prácticas y parece le está yendo muy bien en esa empresa. Un poquito complicada su vida, aunque no me gusta mucho meterme en ella, pero es muy poco enamoradiza, y parece que ha empezado a salir con este chico así que me parece excelente, aunque insista en que es su amigo.

Termino de hacer mis apuntes, saco el dinero, reviso el sistema y verifico, para así poder sacar cálculo y hacer un cierre de caja excelente y que no me genere problemas y lo logro en cuestión de nada, así que estando mi cuadre listo, Jen llega y le hago entrega sin problema, dándole la misma información que Betza.

—El Sr. Damiano lleva desde esta mañana en la oficina con la Sra. Aurora, parece ser algo importante porque no han salido de ahí, no hay ninguna novedad así que todo está anotado a la perfección en la carpeta de revisión —Le hago entrega de todo y recojo mi bolso.

—¿Aún está la jefa aquí? —Pregunta sorprendida.

—En efecto —Le digo con intenciones de irme.

—¿Y no se irá tu novio contigo? —Eso me hace molestar más de lo que debería.

—No Jennifer, hasta luego —Ha abierto los ojos ante mi respuesta y no dice una palabra por lo que me marcho.

Había llamado para autorización por la salida principal así que me puedo ir sin problema. Le envío un mensaje a Gaby de que voy saliendo y guardo todo para así ir a su encuentro.

Lo que no me espero es la mano que justo se cierra en mi brazo, lo que me lleva a ver el agarre y por supuesto a la persona que lo hace.

¿Y éste de que va?

—¿Que te pasa? —Le pregunto viendo su agarre en mi brazo con la intención de que me suelte.

—¿A donde vas? —Indaga con el ceño fruncido.

—Eso a ti no debería de importarte —Tiro se mi brazo para que me suelte pero no cede.

—Que me hayas dejado no significa que me hayas dejado de importar o te dejara de amar —Escupe con rabia y ¿Desesperación?

—Ya basta Damiano, debo irme, me están esperando —Le digo y trato de ver en la salida si está el taxi donde Gaby ha venido.

—¿Con quién te vas? ¿Quien es él? —Frunzo el ceño.

—¿De qué hablas? —Su mano aún rodea mi brazo y se niega a soltarme.

—Has dicho que él vendría —No comprendo porque dice eso hasta que caigo en cuenta de que ha escuchado mi conversación con Gaby.

—Damiano solo es Gaby, suéltame —Le pido pero nada.

—Ella viene con alguien —Responde entre dientes.

—Ella viene sola y su pareja nos verá en el restaurante —Su ceño se relaja de inmediato al escucharme —. Suéltame —Afloja su agarre permitiéndome soltarme —. ¿Estás contento?

—Yo...

—Tu nada Damiano —Lo callo —. Entiende una cosa, si crees que estoy con alguien más cuando recién lo hemos dejado, no me conoces —Le digo y una vez más en el día un nudo se forma en mi garganta —. El verdadero amor no se deja de sentir de la noche a la mañana, y lo hemos dejado sí, pero mi amor sigue ahí y creeme que cuando todo esté solucionado espero poder sacarte de aquí, porque descubrí que por más que lo intente no funcionará —Señalo mi pecho y niego con la cabeza antes de girar y terminar de salir del hotel.

Salgo lo más rápido del hotel y agradezco que recién veo el taxi estacionarse donde mi amiga saca la cabeza por la ventana y sacude la mano. Camino hacia ella tratando de recomponerme y no lo note.

Me subo al taxi y de inmediato —¿Que te pasó? —Pregunta demostrando mi fracaso de ocultar el momento pasado.

—Nada —Miento.

—Traes mala cara Elena —Pone una expresión que siempre me hace decirle todo.

—Nada importante, un día duro. Además Damiano estuvo todo el día en el hotel, incluso aún está —digo parte de la verdad así que no es mentir.

—¿Te lo has encontrado? Que problema —Suspira y le da la dirección al taxista que parece impaciente esperando que le digamos donde queremos ir.

—Estuvo todo el día encerrado, pero me tocó llevarle unos documentos así que si lo ví —Se encoge de hombros.

—Te tienes que acostumbrar —Me dice para que le coja idea pero no.

—Me niego, ya veré qué hago —Ruedo los ojos —. Lo peor es que casi nunca ha ido y con tal de verme seguro lo hará a diario —Resoplo.

—Que importa, ya verás como hacer y averiguar todo. Por ahora a cenar y a ver al bombón que tengo de jefe —Eso me toma por sorpresa.

—¿Que? —La miro sorprendida.

—Leonardo es mi jefe, dueño del consorcio —Me quedo a cuadros.

—Pero Gaby...

—Sí, no has sido la única que se ha involucrado con su jefe —Suelta una pequeña risa.

—¿Gaby que me ocultas? —Me río con ella. No puedo creer lo que me dice.

—Tu conócelo, saca tus propias conclusiones y ya luego te saco del error o te doy la razón —La miro anonadada.

Es que no creo que lo que dice. ¡Virgen santísima!

Celeste [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora