〃Cualquiera se puede enamorar de un cantante pero, ¿un joven boxeador? Tal vez solo logre descifrar por que aquel cantante saco un álbum con una portada peculiar.
❝Eres un boxeador... ¿Y que? Quiero sentir esos labios.❞
〃 La portada es de mi autorí...
Algunos días después, el cobalto se volvió a reunir con el azabache en otra sesión de fotos esta vez para DIOR.
Se sentía nervioso pues la última conversación que había tenido con aquel cantante había estado llena de puros comentarios coquetos.
Entro al lugar donde se daría el comienzo a la sesión y su mirada se topo con los ojos rojos del azabache, este se acerco a él le sonrió y lo saludo.
—hola de nuevo. —le dijo el azabache, con un outfit más elegante y con ese toque atractivo que siempre llevaba.
—hola... —quiso sonar tranquilo.
—tenía que hablar contigo, ¿recuerdas aquel día en la cafetería? No puedo permitir que vayas tan rápido... —dijo mientras sonreía y se hacían ver sus colmillos. —hay que ir más despacio, ¿si?
—oh. —el tema le tomo por sorpresa aunque sabía que algo así pasaría, lo único que le impresiono es que el azabache no se había negado a nada. —de acuerdo.
—bien.
—Hey... —quiso llamar la atención del contrario que estaba apunto de irse. —lo de... Ir a comer o cenar... ¿Era broma..? ¿Lo podemos hacer...?
—tu no pierdes tu tiempo, ¿verdad?
—¡no! Oh bueno... Espera... Es que yo... —sus mejillas se sentían cálidas y no pudo evitar no trabarse con sus palabras.
—claro que si. —para el azabache le parecía gracioso como actuaba aquel erizo azul frente a él.
—¿enserio?
—claro pero discretamente.
—bien... Por que yo... —fue interrumpido.
"¡prepárense en 5 minutos empezamos!", se escucho en el set.
—creo que será mejor que dejemos esta platica pendiente para otro día y te vayas a cambiar. —le sugirió.
—esta bien...
El azabache se fue dejando solo al cobalto, este se sentía realmente tonto por como actuaba.
¿No que no te gustaba? Ahora estas de rodilla ante el, pensó el cobalto.
୭ ✧. ᵎᵎ 🎀
La sesión terminó algo más tarde de lo que estaba programado pues el cobalto no lograba concentrarse, era demasiado difícil no dejar de pensar en todo lo que el azabache le había dicho en aquella tarde.
"¿soy una excepción?" "primero una cena campeón" "yo también note las miradas", esos pensamientos lo volvían loco y ese cantante lo ponía aun peor.
No llevaban ni tres días de haberse conocido y el cobalto ya estaba sintiendo algo por ese azabache.
Soy la persona menos profesional en todos los aspectos de este mundo, pensó el menor.
Ambos chicos se cambiaron y salieron del set, mientras caminaban por el gran pasillo para poder salir de ahí el cobalto volvió a hablar.
—y... Dime... ¿De que se tratara tu nuevo álbum? —quiso sacar un tema de conversación.
—no lo sé, aun no lo he decidido pero ya tengo una nueva canción en mente.
—¿enserio? ¿Cómo se llama?
—lo descubrirás muy pronto.
—¿tendré que verlo en un performance? ¿O podré tener un show privado? —no podía evitar no ser coqueto con el, estaba en su sangre.
El azabache lo miro sorprendido y dejó de caminar mientras el cobalto hacia lo mismo, en sus labios se formó una sonrisa, se acerco al rostro del menor y con su dedo índice tocó su nariz.
—ya te dije... Conocernos primero y luego me pensaré eso de los shows privados... —se alejo y en paso lento volvió a caminar.
—bueno bueno... —el cobalto lo siguió. —¿tu quieres conocerme también?
—por supuesto.
—bien... Dime, ¿cuantos años tienes?
—tengo 25 años.
—25 años... Yo tengo 24.
—bueno, no es tan malo como creía.
—pensaste que tenía menos...
—no... Bueno, tal vez.
El menor se quejo y el azabache no pudo evitar reír, mientras caminaban se conocían un poco más.
Cuando salieron del lugar ambos no querían despedirse, se irían por caminos diferentes pero después de reír y hablar como si se conocieran de todo la vida, la idea de irse por otro lugar les parecía horrible.
—bueno... Supongo que esto es un adiós, ¿no?
—no lo creo... Tal vez un hasta luego. —le aseguro el azabache.
—si...
—¿te veré en la sesión de fotos que será en un mes?
—no lo creo... Sera mi combate, tengo que entrenar.
—oh... —se desánimo. —bueno, entonces espero verte de nuevo algún día.
—yo también, queda pendiente esa cena, ¿de acuerdo?
—claro.
Ambos reunieron fuerzas y se despidieron, pues estaban conscientes de que no se verían por lo menos un mes o más de uno.
Tenían que seguir con sus actividades y verse se haría complicado.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
