17 " Cass"

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Las grabaciones de la cuarta temporada comenzaron y Najwa y Pedro solo veían en las noches cuando llegaban a casa porque tenían horarios diferentes.

Se habían estado encargando de la habitación los fines de semana. La dinámica con Teo había mejorado demasiado e incluso él les ayudaba a decorar la habitación cuando estaba en casa. Aunque prefería no entrometerse mucho porque quería que su madre y Pedro lo hicieran.

Al ser fin de semana la pareja salió de compras, tenían que llenar el clóset de su hija y no habían comprado absolutamente nada de ropa.

— Yo digo que compremos cosas de buena calidad pero no tan caras — dijo Najwa mientras le regresaba un conjunto a Pedro de la marca Dior — porque crecen demasiado rápido. Puedo ponerle esa ropa tres veces y ya no le quedará

— Está muy mono, acéptalo

— Sí, pero mucho dinero y yo prefiero que sigamos invirtiendo en su habitación

— Ya nos faltan muchas cosas, está lista prácticamente, aunque el clóset sigue vacío

— Tienes razón

— ¿Lo puedo comprar? — sonrió — por favor, Najwa

— Bien, compra lo que quieras

— Gracias — se acercó y la besó — te ves guapísima

— Tú te ves decente, ni siquiera te pareces al padre de mi hija — bromeó y empezó a caminar dejando a Pedro ahí parado solo

Él la observó con una sonrisa, pues se había estado quejando de no querer gastar mucho dinero en ropa que la bebé solo ocuparía poco tiempo, pero al final, la mujer ya tenía a una mujer que le ayudaba a cargar la ropa.

— ¿Qué opinas de este?

— Me encanta

— Necesitamos la maleta del hospital — sintió un dolor en el vientre que rápidamente llevó su mano ahí y se recargó en la pared — joder

— ¿Qué pasa?

— No sé, un dolor pero ya se me está pasando, no te preocupes

— Vamos al hospital para que te revisen

— Ya estoy bien, ya se me pasó. Mejor sigamos con lo que estamos, quiero escoger mi maleta — tomó las manos de Pedro entre las suyas y luego acarició su mejilla al verlo algo disgustado — estoy bien, si algo estuviera mal, te lo diría

— Solo quiero que las dos estén bien — puso su mano en donde residía su hija — son todo para mí y me preocupo

— La doctora la última vez que fuimos nos dijo que todo estaba muy bien. ¿Podemos escoger mi bolso?

— Sí

Cuando recién se conocieron Pedro era el que hablaba más, expresaba todo lo que sentía porque Najwa tenía miedo de abrirse, pero ahora que estaban juntos en una relación, los papeles se habían invertido y ella era la que siempre decía más.

Pedro cedió y la acompañó a buscar su bolso.

Después de hacer sus compras regresaron a su casa, comieron comida china ellos dos porque Teo estaba en casa de su padre y se pusieron a doblar la ropa de su hija para acomodarla.

— Siento que nos faltará espacio — dijo Pedro mientras colgaba unos pequeños vestidos en unos ganchos

— Me excedí, lo siento mucho — sonrió — pero ya estando ahí no me pude resistir, es que todo era miniatura

— Lo sé

— Uriel me llamó en la mañana y dijo que llegarían unas cosas que compró para la bebé

— Que linda, dile que gracias de mi parte

— Estaba pensando en poner su nombre en grande

— Se vería bien, pero como quieres hacer eso

— ¿Recuerdas las fotos que te había enviado?

— Sí

— Bueno, así

— Creo que quedaría bastante bien

— Cassandra

No pasó mucho tiempo desde que les dijeron que sería niña, que se pusieron a buscar nombres. Fue una guerra escoger el nombre, porque no estaban de acuerdo con los nombres que el otro había escogido.

Cassandra González Nimri. Una niña que era amada y sus padres esperaban con mucha ilusión. Sabían que volver a meterse en el camino de la paternidad sería algo difícil, pero todo tendría una recompensa. Su hija y todo lo bueno que eso traería.

— Sigo sin creer que se va a llamar Cassandra

— Sigues enojado porque escogimos una opción mia, pero venga, yo la llevo dentro

— Tienes razón pero quiero aclarar que seré su favorito

— Claro que lo serás, no tiene otro papá, ¿O sí? Justo ahora está pateando

— ¿Puedo?

— Por supuesto

Pedro se acercó y levantó la blusa de Najwa para poder admirar su barriga. La vida le había cambiado desde que había conocido a esa mujer para bien. Su hija era algo maravilloso.

— Cass, soy papá, patea si soy tu favorito — la bebé pateo

— No cantes victoria

— Pateo en señal de que soy su favorito

— Lo que digas

— Te amo, Cass, ya quiero conocerte

La etapa del embarazo la estaban viviendo ambos, la disfrutaban, hablaban con su hija, sentían sus patadas, cumplían sus antojos, Najwa recibía masajes en los pies, compraron ropa, decoraron la habitación con mucho amor y mucho detalle. Una habitación de unicornio, que era el animal mítico favorito de Najwa. Se sentaban a ver películas con sus manos en el vientre de la pelirroja.

La casa de Najwa se inundó de momentos tiernos y lindos.

Tenían la vida perfecta. ¿Sería para siempre todo eso?





























El próximo capítulo estará algo fuerte.

The Great WarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora