12 "Desenamorada del amor"

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La situación era complicada por cualquiera lado que lo vieran, habían quedado con todo ese amor que sentían entre sus manos y era como tener agua que se les estaba escapando.

Najwa decidió desactivar los comentarios de sus publicaciones y bloquear a Pedro de todos lados. No iba a poder evitarlo siempre, pues la alfombra roja de la tercer temporada de la casa de papel estaba cerca y tendría que verlo, además, tenía que decirle que estaba embarazada. Pues después de varios días decidió tenerlo.

Los fines de semana era cuando regresaba a casa para ver a Teo y descansar de las grabaciones, que cada vez se le hacían más pesadas por las escenas de acción que debía realizar. Tomó la decisión de tener al bebé cuando se percató que se cuidaba mucho al momento de realizarlas y cuando se dio cuenta que su mano ahora descansaba en su vientre. Los síntomas del primer trimestre era algo que odiaba, juraría que había adelgazado de tanto que había vomitado.

Ese día llovía como si el cielo se fuera a caer sobre ella, y parada en la puerta que daba al balcón y podía ver hacia la calle, alcanzó a ver a un hombre parado bajo la lluvia.

— ¡Najwa!

Pedro necesitaba hablar con ella y no se iba a rendir hasta hacerlo, pero como lo había bloqueado se complicaba todo. Escribió cartas para ella y las envió a su casa, pero por Alba supo que la mujer seguía rodando y solo viajaba los fines de semana para estar con su hijo.

Realmente no le importaba estar bajo la lluvia con tal de que lo escuchara. Después de todo, la lluvia siempre formaría parte de ellos, su primero beso fue bajo esta.

— ¡Najwa! ¡Ábreme!

No sabía que Najwa lo estaba viendo, pero salió de su campo visual y empezó a tocar el timbre una y otra vez.

— Joder — estaba empapado, pero regresó hasta donde estaba, con suerte y ella lo escuchaba más desde ahí — ¡Najwa! ¡Sé que estás ahí!

— ¡Voy a llamar a la policía si no te vas!

— Tía, venga, ábreme, tenemos que hablar

— Yo no tengo nada que hablar contigo, te lo dije la otra vez. Vete, no quiero más shows o que alguien te vaya a grabar ahí parado gritándome

— No me voy a ir de aquí hasta que no arreglemos las cosas

— Joder, tío que eres terco, ya te dije que no, si te enfermas, no quiero que digas que fue culpa mía

— Aquí me voy a quedar

— Has lo que quieras, pero deja ya de perturbar mi paz

La mujer volvió a encerrarse y se acostó en la cama mirando un punto inexistente en el techo acariciando su vientre.

— El odioso de tu padre está ahí afuera, bajo la lluvia — sonrió — no sé que pase con nosotros, pero te quiero y te digo, no sé si él vaya a estar en tu vida, pero yo sí — Madre soltera a sus 41 años, vaya lío en el que se iba a meter con los medios — tienes un hermano, al que le tengo que decir de tu existencia, cosa que me preocupa un poco

El cielo parecía que se iba a caer y su curiosidad la hizo levantarse y asomarse a la ventana, dónde Pedro seguía bajo la lluvia. Ese hombre estaba loco para estar ahí, podría jurar que ya llevaba más de una hora.

Joder, no podía dejarlo ahí, bajo las escaleras y abrió la puerta. Salió de su casa y se acercó un poco a él.

— Vamos, entra — alcanzó a ver cómo él le sonreía y corrió hacía ella, lo vio con intenciones de abrazarla — ni lo piensas

— Pensé que no saldrías nunca — la lluvia estaba horrible, pues Najwa no había estado mucho afuera, pero ya estaba empapada y su blusa se transparentaba, podría jurar que sus pechos habían crecido

The Great WarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora