20 "Golpe de realidad"

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La estadía de Najwa en el hospital no fue larga, solo estuvo ahí el día que tuvo que dar a luz sin vida a Casandra y una parte del otro día. Su salida del lugar fue exitosa, por suerte no hubo reporteros ni nada, pues tanto ella como Pedro no estaban preparados para dar la noticia de la perdida de su hija a los medios, principalmente porque ni ellos terminaban de asimilarlo.

El camino fue silencioso. La muerte los abrazó liberándose de todas sus cargas negativas y dejando que ellos las cargaran sobre sus hombros. Durante el trayecto Pedro alcanzó a ver cómo las lágrimas caían por las mejillas de la pelirroja. Tenía el corazón roto por haber pérdido a esa niña que esperó con tanta ilusión y que le fue arrebatada, pero amaba a Najwa y verla con ese dolor tan grande lo estaba matando lentamente también a él.

Al llegar a la casa, Teo no estaba y tampoco la persona que les ayudaba con las cosas, optaron por darle unos días libres porque necesitaban estar solos.

— ¿Puedes subir los escalones? — la tomó de la cintura para ayudarla, pero ella se apartó

— Si — dar a luz a un bebé ya sea vivo o muerto te deja un dolor físico y en esos momentos prefería sentir eso que hacerle caso al dolor que sentía por dentro — voy a la cocina, quiero un vaso con agua

— Voy a por él — se adelantó

— ¡Pedro! — habló fuerte y él la miró — yo puedo sola

Pasó al lado de Pedro caminando lo más normal que podía. Desde que llegó al hospital y tuvo que dar a luz a su hija, se sentía como un accidente de tránsito al que todos se paraban a ver que había quedado. En la cocina no pudo evitar recordar cuando Teo sintió por primera vez a su hermana patear.

Flashback

— Buenos días — saludó Teo cuando vio a su madre en la cocina comiendo un pepinillo con crema de cacahuate, algo asqueroso para él, pero que se veía ella disfrutaba — ¿Por qué comes eso? — miró su reloj y dejó su mochila en una silla — son las 7 de la mañana

— Se ve asqueroso, pero no sabe tan mal, ¿No te apetece probar un poco?

— Gracias pero no

— ¿Cereal?

— Sí — observó a Najwa estirarse para alcanzar la caja de cereal como siempre lo hacía, solo que jamás le había prestado demasiada atención al hecho de que su madre estaba embarazada y ahora era más complicado para ella realizar algunas cosas —  déjalo, yo lo hago

— Perdón, cariño, pero me hes difícil con esta barriga — colocó sus manos sobre su vientre y sintió como la niña que crecía dentro de ella comenzaba a patear. Sintió la mirada curiosa de Teo sobre ella — Se está moviendo, ¿Quieres sentir?

— ¿No te incómoda que te estén tocando?

— Nadie me toca, más que Pedro. Dame la mano

Teo hizo le dio la mano a su madre y esta la puso sobre el vientre, casi al instante sintió como un empujón. La niña se estaba moviendo, jamás había sentido a nadie moverse dentro de un útero, era una sensación extraña.

Najwa era todo para Teo y estaba feliz de ver lo bien que la vida la estaba tratando, pues de unos meses hasta entonces, la vida de su madre había cambiado para bien.

— ¿Sentiste?

— Sí

— No he hablado mucho contigo respecto a esta situación — se señaló — dijiste que estabas de acuerdo, pero no sé que piensas

— Si tú eres feliz, yo también. La ventaja de todo esto es que he mejorado mucho con los números gracias a Pedro

— ¿Tan mal estaba?

The Great WarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora