2:Argent [El origen de la muñeca]

Capitulo 5

"Duele más el abandono y desprecio, que los golpes sobre la piel" -lpl.

La FEECN

Lugar lleno de mercenarios, delincuentes, asesinos que fueron contratados o obligados a trabajar aquí por un mejor futuro que la muerte.

Personas que pactaron su alma al igual que yo. Tuve los ojos vendados en el trayecto del viaje. No confían en mi lo suficientemente cómo para dejarme ver. Aún con lo que he hecho, aún cuando creo que podré seguir. Vienen los demonios a atormentarme.

La organización está oculta. En medio de un bosque. Sin ubicación. Sin señal. Nada que pueda contactar. Si grito, lo más probable es que un oso me escuche, o en este caso, los asesinos que tendré como compañeros.

Lo peor

Estaré rodeada de hombres. Porque aquí, en este maldito mundo enfermo...

Solo los hombres gobiernan

Ver las puertas enormes de la agencia causan un paro en mi corazón. Al cruzar las puertas no habrá vuelta atrás. Tengo dos opciones...

Seguir con esto y pagar

O salir en una bolsa negra sin vida junto a mi familia

Podemos con esto, hemos vivido cosas peores

Me repito con el fin de ganar valentía. Una con la cual no nací. Bruno se encargó de escoltarme personalmente. Luego de la entrevista descansé en la habitación que me asignó. Para al día siguiente, osea hoy.

Estar aquí

Entramos y ver tantos agentes caminando de un lado a otro. Unos tienen papeles. Otros beben café. Unos simplemente están sentados sin hacer nada. Nuestra presencia bastó para que cada uno de los presentes, cayera sobre nosotros. Escaneando. Observando. Analizando a su nueva presa.

Porque yo, metida aquí...

Soy un blanco

Uno indefenso

-¡Atención! -grita firme el mayor de la organización-. Está chica que ven aquí -comenta y todos me miran-. Será una nueva recluta. No quiero enterarme que han intentado sobrepasarse con ella. De lo contrario les cortaré las bolas y les arrancaré la piel estando vivos hasta que mueran agonizando -los amenaza y solo quiero huir.

-¡Si señor!.

Gritan acatando la orden. Pero algo en mi interior me dice que no debo fiarme. Siguen siendo hombres. Nadie de mi sexo está segura con hombres. Por mucho que los amenacen. Por mucho que los hieran o golpeen.

No estoy segura

Lorenzo hace presencia en la sala principal. Luce una camiseta manga larga negra pegada al cuerpo, marcando sus músculos y abdominales. Unos pantalones holgados del mismo tono, botas altas y gruesas. Con vainas en la pierna, portando al menos, tres armas distintas. Su cabello siempre está desordenado. Rebelde. Junto a su cara inexpresiva.

-Mayor -saluda.

-Agente -responde.

Entre ellos hay una tensión que podría acabar con un país entero. Es como si ambos quisieran entrar en duelo y no parar hasta ver al otro muerto. Bruno comenta algo en italiano hacia su hijo quien asiente a regañadientes. Gira hasta mí para besar mi frente.

-Suerte principessa.

Y sin esperar respuesta...

Se va

Me quedo paralizada en mi puesto. Los sujetos siguen mirándome. Algunos cuchichean entre si. Miradas caen en mí. Mi mente máquina Miles de cosas que por mucho que me esmere en lograr...