Capítulo 10

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"Siempre hemos sido mentirosos, y no por ello debes sentirte ofendido" -Shein.

Engaños...

Engaños, engaños, engaños...

¿Algo es real?

¿Qué es irreal?

Pues... Al cabo, siempre terminamos en el juego de las mentiras.

Me había ido de la habitación de Lorenzo antes del alba. Tenía muchas dudas en mi cabeza. Muchas preguntas sin respuestas. Cumplí un mes en la agencia. Superé la fecha de caducidad que todos me colocaron.

Como si fuera un objeto, un animal en el mercado..

Y les demostré que soy más fuerte de lo que veían. Demostré que puedo seguir de pie, incluso más resistente que antes.

El nivel dos no era tan malo cómo el tres. Habían querido que fuera al circuito. Un lugar que no todos los hombres lograban pasar. Han mencionado que es una pista de mala muerte, que es peor que entrenar todo el día. Que incluso prefieren quedarse en sus rangos con tal de no ir.

Pasaron al menos unos cuatro días. Bruno no ha vuelto por la agencia. Lorenzo, sigue siendo el mismo, la diferencia, que ahora me odia menos. O eso quiero creer. En cuanto a mí. Sigo descubriendo que sucede conmigo.

Cuando dormía con él, rodeada de sus brazos. Con su cuerpo y calor unido al mío. Me sentí cómoda. Me sentía querida. Amada.

Protegida

Y el sentimiento fue peor, cuando lo oí gruñir para que me quedara. Era cómo un niño asustado. Uno que acababa de llegar de una pelea callejera y quería consuelo. Miré el techo por horas, hasta que logré conciliar el sueño y dormirme. Luego de eso, me fuí.

Jacob sigue con su cargo cómo oficial, verlo dar órdenes se hizo costumbre. Los gritos. Las balas. Los combates. Fueron familiarizándose. Ya no temía. Ya no sentía. Me mentía cada día. Me decía que esto es lo que era. Lo que soy. Y lo que seré. Prometí proteger a la pequeña que habita en mi. A esa niña risueña que sueña con su final feliz.

Maldita mentirosa

El comedor, era todo lo mismo. Las mismas rutinas. El clima. Mis viajes. Mis clases. Cada día era lo mismo. Tan monótono y aburrido. ¿Cómo puedo sentirme así?, si desde que llegué aquí me han querido matar, violar, desterrar...

No soy nada normal

-Novata Argent -miro hacia el oficial Jacob-. Tiene una visita.

Arrugo mis cejas con la comida a mitad de camino, no recibo visitas. Nunca. Dejo la comida para levantarme, Jacob camina a mí lado y avanzamos hasta la oficina del mayor Toriccelli. De todas las personas, él era la última que quería ver.

Sé que me adelanto a tener cierto rencor por lo que hizo. ¿Lastimar a su hijo? ¿De esa forma?. Entiendo, mi mamá también me daba con la chancla, pero jamás llegó a romperme la cabeza, para eso estaba yo.

-Permiso para retirarme -digo molesta.

-Permiso denegado, las órdenes fueron claras -relata con voz automática-. Traer a la novata Argent hasta la oficina.

-¿Qué quiere esta vez? -me cruzo de brazos.

-Yo que sé... Sólo informan lo necesario -se encoje de hombros.

Exhalo frustrada para tocar la puerta. Me concentro en dejar que hable. Que me diga que carajos quiere para irme. Esta se abre y lo veo. Lleva el uniforme de la agencia. Sus ojos grises brillan, pero ya no me emocionan, no tanto como antes.

2:Argent [El origen de la muñeca]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora