Disfrutamos de la ciudad. Disfrutamos de los cambios. Disfrutamos de todo lo opuesto a lo que solíamos conocer. Y como dice el dicho:
Todo inicio tiene un final, y todo final un inicio
Es un siglo, así de simple.
Así sin más
Mis hermanas poco a poco dejaban de odiarme. Jonas era menos irritable. A decir verdad. Era como si nada hubiera pasado. O le hacía creer eso a mí mente. Y creo, que fue un buen mecámismo. Una buena mentira.
Porque todo cambió cuando llegó el día de la operación de mi madre
Nos encontramos en la mejor clínica de España. En Barcelona. Bruno dijo que era la mejor en todo el lugar. El fue quien se encargó de todo. Cómo se había planeado desde el inicio. El señor Argent, por otro lado, solo me odiaba más cada día.
Nunca comprendí porque no le agrado. Ni porque ha tenido familia. Si tiene dinero. Podría mantener hasta diez sin problemas. Pero decidí dejar el chisme y ocuparme de lo importante.
Trasladar a mi madre era silencioso. Tanto que incluso las respiraciones podrían romper un cristal. Nadie menciona nada. Nadie se mueve. Somos estatuas.
Mudas y quietas
Veo por el retrovisor y mi familia está unida de manos. El chófer se encarga de cumplir las ordenes que sus superiores le han dado. Ellos tenían una reunión, por lo que, nos adelantaron, ya que, mamá era la prioridad.
Llegar a la clínica fue la primera presión. Bajamos a mamá en silla hasta emergencias, ahí la prepararían para luego, subirla al área de cirugía. Pasamos por admisión en caso de pagar algo. Solo que, sucedió lo opuesto.
-¿Los Argent? -comenta una mujer para mirarnos.
Asiento dudosa por la mención
El chófer acerca un sobre a la mujer quién cada vez parece el tono de su kimono blanco. El sobre cuenta con una gran suma de dinero. Ella mira a nuestro compañero y luego a nosotros.
-¿Está más que claro su silencio? O ¿Debemos tomar otras medidas? -sentencia el chófer y la mujer mueve la cabeza en asentimiento, asustada.
Frunzo el ceño por el comportamiento, lo omito debido a que estoy concentrada es en mi madre. En nada más.
Ya minutos después, preparamos a mi mamá, evitamos cierta conversación entre nosotros, roce, toque, mirada. Cómo desconocidos.
-¿Te sientes bien? -le pregunta Sharlene.
-Si... Solo quiero que esto acabe.
Shayna se sienta en una silla mientras que Jonas espera fuera por la enfermera. Las observo y decido acercarme. Mi madre me mira y visualizo cierto temor en sus ojos oscuros.
Comprendo que lo esté. Una cirugía en un país desconocido. Un hospital que jamás habíamos oído escuchar. Un señor que ofrece un trato y aun no dice el precio.
Seguro pueden matarnos y vender nuestros órganos en el mercado negro o a millonarios desesperados, que sé yo.
La enfermera entra con mi hermano y nos dicen que los sigamos. Avanzamos por los pasillos fríos, blancos, hasta subir a una segunda planta. Aquí, todo está en completa soledad. Incluso los fantasmas de aquellos que alguna vez habitaron está zona.
Un grupo de enfermeros, camilleros, doctores esperan. Hay sofás, comida, mucha gente vestida de negro. Paso grueso para acercarme al chófer y preguntar que diablos estaba pasando.
-Disculpe... ¿Esto que es?.
El sujeto me mira inexpresivo. Frio. Intimida mucho. Tanto que retrocedo un paso.
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2:Argent [El origen de la muñeca]
AcciónLa vida no te enseña a ser fuerte. Te obliga a serlo. Y eso, es lo que nuestra querida Shein no sabe En un mundo lleno de machistas. Drogas. Ataques entre carteles. Mentiras. Secretos. Perversión y obsesiones, ella deberá infiltrarse para pagar su d...