Capítulo 32

46 6 0
                                    

"comienza el juego" -lpl.

Apagué mis emociones...

Apagué toda pizca de amor, compasión, alegría y gozo....

Me convertí en la peor versión que nunca debió existir

Mamá discutió conmigo antes de salir de la mansión. La idea de ser heredera, de estar corriendo peligro, riesgos. La descarta por completo. O, lo que, en realidad le molesta. Es el hecho de arruinar la paz de ella, y la de mis hermanas.

No le di más vueltas al asunto, sino terminaríamos gritándonos y no quiero eso. Ya no quiero que nos distanciemos. Duele. Tener el rechazo de quienes amas. Cuando lo das todo. Y no recibes nada. Sólo odio.
Descuidé dos semanas los carteles. Dije que lloraría dos semanas.

Y eso hice.

El dolor fluyó por mi cuerpo estos quince días. Me drenó tanto que me dejó inconsciente. Me enfermó. Me debilitó. Desgastó cada defensa. Cada energía. Consumió mi estabilidad.

Construí mi cuarta máscara. Una impenetrable. De hierro. De titanio. Veo los árboles . Tan preciosos, tan firmes. Pero un blanco fácil. Basta un poco de gasolina y fuego para convertirlos en nada. Así de simple.
España quedó en luto. Y el heredero del mayor cartel, tomó posesión de ella. Eso no me interesaba. Lo que me importaba en realidad, era destruir y matar a, aquellos que fueron responsables del atentado.

Cueste lo cueste

Los Vasileou se adueñaron de toda España. Los Rusos poseyeron más poder estás últimas semanas. Los italianos obtuvieron nuevos socios. Y los japoneses, iniciaron con sus tratos. En cuanto a los Argent...

Era el comienzo de una nueva era

Escoltas y camionetas blindadas me resguardaban. Soy su señor. Su líder. Eso de los estereotipos de mierda, de:
"Las mujeres son débiles, sirven para el hogar y la maternidad. Se dirigen por ella"

Me valen miles de hectáreas de mierda

Podemos ser más que una etiqueta. Más que una incubadora. Más que, hacer felices a los hombres cuando lo quieran y plazcan. Me harté de ser señalada. De ser un objeto. Un trofeo.

Seré la pesadilla que muchos odiaran, admirarán, amarán. Una que desearan no haber tenido. Subo a mí Jet con el uniforme de la FEECN. La peluca reposando en mi cabeza y mis armas en las vainas de mis muslos.
Prendo vuelo hacia Italia. A la base. Ahí, obtendré más respuestas. Ver el mundo desde arriba. Te hace sentir con poder. Inalcanzable. Imparable. Un señor me ofrece una copa de ambrosía, la recibo con gusto para beber el contenido de un trago. Respiro profundo para mirar por la ventana.

Y en un cerrar de ojos, llegué a Italia

Un McLaren color negro, con un buen motor, esperaba por mí en el aeropuerto. Agentes secretos cumpliendo con su labor de mantenerme a salvo, mientras llegaba a la base.

Los reporteros estaban cómo cucarachas. Salían por doquier. Fue difícil alejarlos de las empresas. Propiedades. Estuve ahí. Cómo socia. Empleada.

No cómo heredera o hija

Ante el mundo, era eso, una chica que se convirtió en socia. Detrás, era dueña de todo el patrimonio Argent. Conduzco a prisa hasta llegar al bosque. Sigo para detenerme en frente de la organización. Cierro con un portazo y camino.

Los guardias abren la entrada, a paso firme , me dirijo hasta llegar con los chicos de sistemas y localizaciones.

-Exijo los datos de las coordenadas de las lanchas donde llegaron los sicarios -ordeno con voz dura-. Quiero saber de dónde vinieron. ¿Por qué? ¿Quiénes los guiaba por la computadora? ¿Si poseían algo más que armas y granadas?.

2:Argent [El origen de la muñeca]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora