2:Argent [El origen de la muñeca]

Capítulo 23

Dedicado a mora_1999_mora

"Demuestra que eres más de lo que ven" -Shein.

Mi teléfono explotó en llamadas. Mensajes. Noticias. Notificaciones. Ni siquiera descansé lo suficiente, simplemente salí de la mansión a prisa. Subí al Ferrari y conduje como demente al aeropuerto. Rogaba una y otra vez porque esto, fuera sólo una pesadilla.

Recuerdo el vídeo, las palabras, las noticias en las redes, a nivel mundial, y mi mundo se viene al suelo.

Noticias:

En las últimas horas, nos han reportado que hubo una fuga en la cárcel de Georgia. Dónde ha habido un gran número de muertos, sin mencionar a los oficiales heridos y nuevos que ingresaban a la instalación.

Muchos dicen que era un plan, uno que llevaba meses en proceso. Y vieron la oportunidad cuando el empresario Lorenzo Toriccelli visitó el lugar.

Debido a ello, resultó herido en medio del caos. Los oficiales lo enviaron de inmediato al hospital más cerca, y seguimos en espera de su diagnóstico.

Por otro lado, Georgia, se ha convertido en un lugar peligroso en estos momentos. La mayoría de los detenidos no son más que, asesinos, violadores, mercenarios, mafiosos y sicarios. Se les pide estar en casas y llamar a los oficiales en medidas de emergencia.

Golpeo el volante ante la impotencia. La rabia. Estábamos a días de la inauguración del bar. Incluso, estaba por visitar la agencia. Mis tutorías habían terminado, tenía días de descanso, por lo que. Me apetecía verlo. Llego al aeropuerto y subo al Jet. Busco agua para beber. Calmar las ansias. Recuesto la cabeza en el sillón. Respirando profundo.

Lorenzo está bien, seguro es un mal entendido

Y ya en Italia, regresé a la FEECN. Y mis miedos, se hicieron realidad. Los agentes corrían de un lugar a otro. Las computadoras trabajando sin descanso. Líderes, cadetes, Novatos, todos corrían al patio. Mientras que me dirigía a la oficina de Bruno.

Abro la puerta y lo encuentro con un grupo de agentes secretos. Unos planos y su rostro rojo.

-¡Deben irse ya! -grita.

Los sujetos salen a prisa, dejándome a su vista. Me mira con ojos rojos. Llorosos. Masajea su cien tan fuerte que se abrirá un agujero. Doy pasos hacia el escritorio y espero que lo niegue.

-Van por él -comenta con voz frágil.

-¿Quiénes? -susurro.

-Todo aquel que se considere enemigo.

Paso mi mano por el cabello, frustrada. Bruno sigue sentado, pensando, arrepentido de lo que ha sucedido.

-¿Idea de donde puede estar? -cuestiono con la adrenalina a mil.

-Lejos de la ubicación de la cárcel, pero lo suficientemente cerca para ser atacado.

-¿Que hacía Lorenzo allá?.

Sus ojos me buscan, veo como la culpa se refleja en ellos. Una lágrima corre por su mejilla y mi rabia me consume lentamente.