No Me Digas Adiós | ACT 1

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Ésto del amor no era sencillo.  

¿Saben? Sonic no tenía problemas con que Amy le hiciera coronas de flores todos los días, no le molestaba en lo más mínimo que le diera cartas de amor cada tres días, mucho menos se sentía incómodo como a la hora de dormir ella se aferraba a su pecho, no, no le molestaba, eso hacían las niñas, eso hacían las amigas y eso era sumamente dulce de su parte, pero...
¿Podría pintar algún límite en cuanto a lo que le pedía que hiciera?

No siempre podía jugar con ella y sus juguetes, no le gustaban las fiestas de té, no se sentía cómodo dibujando corazones en los planos de su hermano menor, tampoco le gustaba el juego de las escondidas o los perfumes caros que de un tiempo a esta parte había empezado a amar.
Y, sin duda, no le gustaba en lo más mínimo que le hablara tanto de sus sueños, él también tenía sueños raros pero no por eso iba a dedicar cuatro horas al día, todos los días, solo para hablar de eso.

Estaba al límite.
No podía inspeccionar adecuadamente el bosque o la playa porque siempre había algo más que hacer, siempre habían más postres que preparar, siempre había un pero y eso ya lo estaba cansando. ¿Acaso el amor debía ser tan agobiante?

Es posible que hasta los animalitos alrededor empezaran a sentirse incómodos.

— ¿Te gusta, Sonic? —preguntó la pequeña eriza tras ver cómo su amado de azul leía detenidamente la nueva carta que le había entregado ese mismo día— ¿Qué piensas? Dime.

— Es linda —exactamente igual que las otras tres, pero con nuevos sinónimos para describir cuanto lo quería—. Me gusta...

— ¿Qué pasa? —murmura preocupada tras notar como su tono no demostraba la misma energía y amor de antes ¿Qué le pasaba a su hermoso caballero.

— Amy, tenemos que hablar —suspira, devolviéndole la carta junto al dibujo que le había dado minutos antes, con sus orejas agachadas hacia atrás, sin saber bien qué le iba a decir.

— ¿Qué? ¿Por qué?

— ¡¡Estoy cansado!! —exclama, dándole la espalda en lo que daba un par de pasos para tomar distancia— Todos los días jugamos los mismos juegos, cocinas lo mismo, me das las mismas cartas, pintas los mismos corazones... ¡¡Estoy aburrido!!

— Pero... Pero creí que te gustaban los Chili Dogs —titubeó, con las lágrimas acumulándose en sus ojos, apretando con fuerza la carta y dibujo entre sus manos, temblando.

— Los chili dogs están bien, ¡Pero no me gusta comer pasteles y galletas todos los días! Lo lamento, pero realmente siento que hay cosas que no me gustan de ti... Hay cosas que no puedo seguir tolerando —sentencia firmemente, cruzándose de brazos.

La menor siente su corazón romperse en dos. Rápidamente las lágrimas empiezan a caer velozmente por sus mejillas, está herida.
Durante todo este tiempo creyó que estaba haciendo lo mejor, creyó estarlo haciendo bien, porque así es como se debe amar ¿No? Demostrando todos los días que esa persona te importa, que esa persona es la ideal para ti, así se lo había demostrado su madre, así quería hacerlo por él

Su llanto finalmente estalla, rompiendo su dibujo de corazones a la mitad junto a su carta, chillando de forma aguda, desquitando en el proceso todo lo que no que no había podido llorar de su duelo anterior.
Sonic alza sus orejas, alarmado. No quería hacerla sentir así, creyó que entendería ¿No? Ella era una niña lista, debió entender que quizás si lo seguían hablando encontrarían una solución...

Para cuando se dió la vuelta su hermosa princesa ya había empezado a correr muy lejos de él, corriendo más rápido que en cualquier otro día, esparciendo su llanto entre los árboles, anunciandoles a todos lo lastimada que estaba.

Extendió su mano hacia la silueta de ella alejándose cada vez más, sabía que podía alcanzarla en cualquier instante, podía detenerla en un parpadeo si así lo quisiera pero... no quería.

Permitió que una sola lágrima bajase por su mejilla, siendo rápidamente secada con el dorso de su mano.
Si ella quería llorar, correr y huir de él antes de hablar las cosas estaba bien con eso, no la iba a obligar a estar con él de la misma forma en la que ella jamás podría obligarlo a amarla.
Aún así... ¿Y si estaba cometiendo un error?

Childish Love ft. SonAmyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora