En las garras del lobo

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Salió molesto cuando su jornada terminó.

Se sentía tan enojado consigo mismo, por haber sido tan crédulo y haber dejado que ese idiota jugara a su antojo con el.

Al menos no le había dado el premio final, eso si lo hubiese hecho derrumbarse por completo.

Desde pequeño sintió que la gente lo usaba.
Lo había hecho su madre para sacar dinero de su padre por muchos años.
Lo hizo su abuelo cuando a los 15 comenzó a trabajar y debía entregar más de la mitad de su sueldo a él.
Lo hacía ahora  ese  infeliz que había jugado con él por una estúpida apuesta.

Era tiempo de poner un fin a todo eso, de ser el mismo quien controlará su vida, de no dejar que nadie más lo manipulara a su antojo, de tomar las riendas y de cambiar, de tirar aquella ingenuidad al tacho de la basura.

Estaba tan inmerso en sus pensamientos que no notó la figura imponente que acababa de colisionar con su delgado cuerpo.

—Lo siento, no iba viendo — dijo aún sin levantar la cabeza.

—Así es como una preciosidad se cruza en tu camino —dijo con voz ronca el desconocido, una voz que erizó por completo su piel.

Levantó la cabeza para ver de quién se trataba y frente a el pudo ver a un hombre extremadamente guapo, mayor que el, se veía a simple vista por su rostro maduro, pero igualmente atractivo y perfecto.

Llevaba un traje negro que se apegaba muy bien a su anatomía, delineandola a la perfección y dejando en claro que el cuerpo estaba trabajado y tonificado a simple vista.

La blanca y pulcra camisa estaba desabotonada hasta casi la mitad de su pecho y dejaba ver la piel lechosa y suave que poseía el desconocido.

Todo en el estaba perfectamente en su lugar y Taehyung se vio examinandolo con la boca entreabierta y ojos dilatados, literalmente comiéndolo con la mirada.

Sacudió su cabeza, dejando libres aquellos pensamientos y con un carraspeo volvió a su rostro indiferente tratando de esconder cualquier rostro de interés por el desconocido que podría haber surgido a simple vista.

—Lo Siento— dijo sin más, tratando de pasar por el lado del hombre.

Antes de poder alejarse, este lo tomó del brazo y lo hizo detenerse junto a el, muy cerca, lo necesario para susurrar en su oído.

—Tu también eres un festín ante la vista pequeño angel…¿Debería llevarte conmigo y corromper tu alma?

Cada fibra de su cuerpo comenzó a temblar fuertemente, pero no era miedo, más bien ¿Exitacion?, aquellas palabras habían logrado que su entrepierna reaccionara de forma abrupta, como nunca antes había pasado, y le asustaba que su mente estuviese pensando en dejarse llevar por el tipo y este lo follara a su antojo, tal vez solo debía entregar aquel tesoro que fue apostado por el que era su novio, a alguien que solo vería una vez, como si eso le asegurara su venganza ante lo infame que fue el que creía lo quería de forma verdadera.

—¿No estás muy mayor para mí?— preguntó burlesco.

—Y tengo más experiencia encanto, no sabes cómo podría hacerte gritar mientras cojo ese lindo culo a mi antojo.

—¿Siempre vas por la calle ofreciendote a  follar desconocidos?

—Solo los que captan mi atención de inmediato y tú pequeña delicia lo llevas haciendo desde que saliste de aquella universidad.

Eso había logrado asustar al menor.
Sonaba algo así como un acosador, lo había estado siguiendo mientras caminaba y aquel encuentro no había Sido solo una casualidad, el tipo lo venia planeando desde hace un rato.

"¿Pero... que más daba?"

Lo tomaría como un encuentro casual y luego no volvería a saber más el uno del otro.

A demás debia reconocer que el sujeto era bien parecido, no sería un mal recuerdo de su primera vez.

—¿A plena luz del día?

—Cualquier hora es perfecta...

—No lo sé...

—Tu mismo lo dijiste, a plena luz del día, no hay chance de que vaya a secuestrarte o algo similar— río burlesco— Seria como cualquier encuentro casual que podrias tener en una discoteca, en una noche de fiesta.

—Llevame —dijo sin pensar.

La sonrisa ladina del mayor se dejó ver y en menos de lo que pudo pestañar, un lujoso auto se estacionó frente a ellos y fue dirigido hasta el mientras el desconocido lo tomaba del brazo.

Antes de subir se detuvo abruptamente.

—Debes decirme al menos tu nombre antes de ir contigo — pidió.

—Guk, puedes llamarme Guk— dijo sonriendo— ¿Cómo debería llamarte bebé?— preguntó coqueto.

Taehyung lo pensó por unos momentos, él tampoco le daría su nombre real, pero si el nombre en el cual firmaba cada pintura que creaba.

—Vante, solo dime vante— respondió.

Guk sonrió en grande mientras abría la puerta del automóvil y lo invitaba a entrar en los asientos traseros, donde el tomó lugar a su lado, extremadamente cerca, dejándole oler por completo aquel aroma adictivo que poseía y que hacía que Taehyung apretase sus piernas cada vez que llegaba hasta el.

—Última oportunidad pequeño, aún puedes huir, pero si te quedas, voy a comerte, no tendrás escapatoria.

¿Que más podría perder a parte de su virginidad?

El hombre tampoco tenía el aspecto de ser un asesino en serie ni mucho menos, solo parecía un empresario, uno bastante exitoso por el auto y por el reloj que portaba, sin contar que tenía chófer personal, el cuál parecía más un guardia de seguridad que un chófer.

— Dejaré que me comas— habló coqueto, hasta el mismo se sorprendía por sus palabras.

Sin darle tiempo a reclamos, el mayor lo tomó de la cintura y lo subió sobre su regazo sin importarle el otro sujeto que iba manejando, el cuál sin decir nada subió una ventanilla de color negro que lo apartaba de ellos.

Guk delineó con la punta de sus dedos, un camino desde su hombro hasta su trasero, dónde apretó con firmeza y masajeo a su antojo, sacándole un gemido que fue a parar directamente a la entrepierna del mayor, la cual se endureció y presionaba firme bajo su cuerpo, haciendo que Taehyung perdiera la razón por aquel pedazo de carne que se imponía caliente y rozaba con el suyo que ya se encontraba de igual forma.

—¿Eres virgen verdad?

Eso lo había tomado por sorpresa, no entendía cómo el tipo había sido capaz de darse cuenta de aquello, eso solo mostraba lo experimentado que debía ser el sujeto y le aseguraba que su primera vez sería con un dios del sexo.

—¿Es un problema para ti?

—Más bien un regalo —dijo llevando sus labios hasta el cuello del menor para besarlo humedamente mientras lo sostenía de las caderas con firmeza y lo guiaba a frotarse sobre él.

Jamás se había sentido así de excitado, jamás alguien lo había provocado de esa manera, estaba seguro que el chico que se contoneaba sobre él, lo haría perder la cabeza tarde o temprano.

Jamás se había sentido así de excitado, jamás alguien lo había provocado de esa manera, estaba seguro que el chico que se contoneaba sobre él, lo haría perder la cabeza tarde o temprano

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Espero que les esté gustando y me dejen sus impresiones.

Gracias por leer 💜

🌸 ErLith_ 🌸

Peligrosa tentación (Kookv)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora