Cambios

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La mañana siguiente iluminó por completo la habitación en la que se encontraban.

Jungkook abrió sus ojos y sintió un peso sobre su cuerpo, uno bastante cálido y para nada incómodo.

Taehyung dormía plácidamente con su cabeza recostada en su firme pecho, rodeando con brazos y piernas, literalmente sobre el.

El pelinegro observó al menos unos segundos antes de llevar su mano hasta el rostro tranquilo de Taehyung y delinear sus facciones con delicadeza, empezando por su frente, haciendo un recorrido por su nariz hasta llegar a sus labios, esos hermosos y carnosos que lo invitaban a probar, a morder y lamer sin reparos.

Pasó su pulgar sobre estos, sintiendo su suavidad y calidez, tan apetecibles que no se limitaría jamás a tomar de ellos.

Levantó el menton de Taehyung y dejo un corto beso sobre ellos, solo un roce de labios al que le permitió incluir su lengua en una rápida lamida que provocó que el menor comenzará a removerse sobre el.

Aún sin abrir los ojos, estiró sus labios de forma divertida pidiendo más de aquel contacto, viéndose tan tierno y mimoso a ojos del mayor quien no pudo resistirse a  corresponder a tal acto, aún sabiendo que Taehyung estaba medio dormido y que probablemente su actitud mimosa era algo que podría ser capaz de contemplar muchas veces, si volvían a amanecer de esta forma, cosa que se encargaría de que volviera a suceder.

Sostuvo su mandíbula con delicadeza, aumentado la intensidad de aquel beso mientras acomodaba su cuerpo de tal forma que pudo subir a su chico sobre el, a horcajadas, haciendo que lo ojos de Taehyung se abrieran por completo y se viera totalmente sorprendido, lo que le sacó una pequeña risita que pronto se transformó en una sonrisa ladina, una que invitaba a su sumiso a montarlo, a tomar el control al menos por esta vez.

Había algo en toda la situación que a JungKook le parecía tan único, que solo queria disfrutarlo, permitirse ser sometido tan solo por el, su miembro reaccionaba de inmediato con la cercanía de su sumiso, no necesitaba mas que su presencia para ponerlo a mil.

—Jungkook —dijo con su voz ronca, producto de el reciente despertar— estás tan duro — afirmó mordiendo su labio y balanceando sus caderas en círculo, tentando a la ya despierta intimidad.

—Solo para ti Taehyung, tu me tienes de esa forma— aseguró sosteniendo sus caderas y guiando los movimientos, presionando un poco mas sobre su intimidad— Te deseo tanto, a cada momento— declaró — Ten piedad de ambos y montame— dijo casi como una orden.

El menor sonrió avergonzado ante sus palabras, sus mejillas se tiñieron de rosa y su respiración se volvió agitada.

El también lo deseaba, también lo necesitaba y tener el libre acceso a llevar el ritmo del encuentro le hacía aumentar las ganas que tenía de sentirlo en su interior.
Se levantó levemente, dejando solo el espacio para meter su mano entre ellos y tomar la dura longitud para llevarla a su mojada intimidad que pedía a gritos ser llenada, ser complacida con aquel trozo de carne que se amoldaba tan bien a su cuerpo, que lo hacia pedir por más, desear de forma más intensa a ese hombre que ahora también le tenía el corazón palpitando de forma apresurada.

Descendió lentamente, llenandose poco a poco de la masculinidad del contrario, quien mantenía sus ojos fijos en el, sin querer perderse ninguna de las expresiones de placer que le regalaba, sabiéndose el culpable de aquellos ojos dilatados y esa respiración jadeante, que se transformaba como deliciosos gemidos que resonaban en la habitación.

Sostuvo las caderas del menor y lo hizo caer de golpe, haciendo que ambos soltaran un gemido placentero tan alto, que estaban seguros de que la ciudad se había enterado del placer que estaba desbordando en ese encuentro.

Peligrosa tentación (Kookv)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora